Alonso se proclama campeón en Brasil y entra en la historia
Alonso tomaba la salida con un dato no precisamente baladí en la mente: todas y cada una de sus 'pole positions' se habían traducido en un puesto en el podio al final de la carrera, que era lo que necesitaba para proclamarse campeón, así que se limitó a mirar al cielo, en el que asomaban unas amenazadoras nubes negras, y a arrancar como un cohete cuando el semáforo se puso verde. Desafortunadamente, Pizzonia se tocó con su compañero Webber en el giro inicial y provocó la entrada en pista del coche de seguridad y la neutralización de la carrera.
Carrera interrumpida
A partir de ahí, cada uno fue a lo suyo: Juan Pablo y Kimi, a conseguir un doblete que hacía años que no se producía y que serviría para situar a las flechas de plata en cabeza de la clasificación de constructores, y Alonso a mantener un tercer puesto que en realidad jamás peligró, ya que el cuarto clasificado, Michael Schumacher, rodó siempre lejos del asturiano.
Es fácil intuir lo larguísima que debió hacérsele la carrera a Alonso hasta cruzar bajo la bandera ajedrezada, pero el asturiano y su R25 volvieron a funcionar como auténticos relojes de precisión, lo que no es una novedad a estas alturas. Antes, asistimos a un conato de lucha entre los dos pilotos de McLaren, que se frustró cuando el equipo angloalemán prefirió asegurar el doblete y, de paso, el liderato de constructores. Así las cosas, Montoya sumó su cuarta victoria de la temporada, que le sirve para situarse tercero en el Mundial.
Los Ferrari estuvieron por encima de la media de la presente temporada, con Michael Schumacher en la cuarta posición y Barrichello, que arriesgó para satisfacer a los aficionados brasileños, en la sexta, aunque los monoplazas rojos nunca pudieron inmiscuirse en el habitual recital de los McLaren y los Renault. 'Schumi', al menos, superó al compañero de Alonso, Fisichella. Button y Ralf completaron las ocho posiciones que dan derecho a puntos.
Grito simbólico
Vía Marca.com