• mar. Oct 15th, 2024

La magia de Fernando Alonso y lo que hace para sacarle máximo partido a los monoplazas en la pista

El secreto que pocos pueden ver desde fuera y que hace de Fernando Alonso un piloto único

Os dejamos con un interesante análisis hecho por Javier Rubio para el confidencial, en donde nos cuenta detalle a detalle todos los entresijos de Fernando Alonso, de como partió y como llego a tener este control de la máquina donde muchas veces tira por tierra todas las predicciones que hacen los ordenadores con las simulaciones. No ha sido cosa de un día, hay mucho trabajo, mucha inteligencia y mucha maestría en lo que hace. Lástima que estas cosas no se valoren por todos iguales, ya que, la mayoría le dan más valor a los títulos y aquellos que ganan carreras, pero hay veces que aun quedando detrás, puede que hagas las mejores carreras de tu vida como bien dice el asturiano.

El caso es que aquellos que saben, los que están a pie de pistas, y todos y cada uno de los que han trabajado con Fernando, siempre alucinan y al menos ellos juntos con otros muchos valoramos todo el trabajo, la destreza, la sabiduría y las manos que tiene al conducir estas máquinas.

Pasen y lean, que no tiene desperdicio alguno y de paso conozcan un poquito más a uno de los mejores, si no el mejor, piloto que ha dado la historia de la fórmula 1. No hablamos por hablar, no lo hacemos porque seamos españoles, no hablan nuestras bocas ni nuestros teclados, son los datos numéricos lo que reflejan los ordenadores y lo que dicen los sabios, expertos y profesionales que han estado o están con el campeón.

Lean una mínima parte y juzguen tras lo leído, sin tener en cuenta otros datos, ni nacionalidad ni nada, simplemente cíñase a lo estrictamente deportivo y a lo que hablan los que entienden.

Larga cita de arranque para centrar el tiro. De Alain Permane, ingeniero y director deportivo de Renault durante dos décadas. «Estábamos en 2004. Yo gestionaba a Trulli, lo superamos una vez allí, ganamos en Mónaco… (a Fernando Alonso). Esa fue mi primera victoria como ingeniero de carrera, fue bastante especial».

«Pero Fernando tenía esta forma de conducir el coche con la que realmente atacaba los neumáticos delanteros, tenía giro de volante muy violento y lo usaba para estabilizar el coche, pero castigaba las gomas. En aquellos días, teníamos que repostar combustible, por lo que eran comunes las múltiples paradas. Y recuerdo haberle dicho a Giancarlo (Fisichella) a principios de 2005 –recuerdo exactamente dónde estábamos, en la cantina en Enstone–, que íbamos a cazar a este tipo (Alonso) porque teníamos un juego de neumáticos para la clasificación y la carrera (como ventaja frente al estilo de pilotaje de Alonso)».

«Y Fernando, de la noche a la mañana, cambió completamente su estilo de conducción para hacer frente a esa regla de un solo neumático. De repente, se volvió muy cuidadoso con el neumático delantero izquierdo. Por eso creo que la adaptabilidad es una de sus fortalezas clave, es increíble«. Jarno Trulli no volvió a ver el pelo a Alonso esa temporada.

Los pilotos siempre están quejándose

La anécdota es una de tantas que pueden escucharse a los ingenieros que han trabajado con Alonso para describir su capacidad natural para adaptarse a cualquier comportamiento de un monoplaza. Una máquina de carreras es imperfecta por definición, cojea de un lado u otro, siempre susceptible de mejora, casi siempre rebelde de una forma u otra: diferente carga de combustible, temperaturas, neumáticos, desequilibrios aerodinámicos… Por ello, los pilotos siempre están quejándose.

Si algo ha distinguido al asturiano es su talento natural para desarrollar todo tipo de recursos de pilotaje y sortear sobre la marcha las deficiencias, carencias o caprichos de un coche de carreras. De aquí su competitividad con todo tipo de motorizaciones, tipo de neumáticos y reglamentos a lo largo de su trayectoria. El reciente GP de Azerbaiyán fue otro ejemplo magistral.

El viernes, el AMR25 era de nuevo un monoplaza difícilmente conducible. Con trabajo de puesta a punto, equipo y piloto decidieron apostar por un alerón trasero pequeño que sirviera como escudo en la larga recta de dos kilómetros, a costa de hacer malabarismos en las curvas al contar con menos carga aerodinámica. Como en Monza. No cometió el mínimo error y colocó el AMR25 el primero de la clase media, sexto gracias al accidente de Sainz y Leclerc. Era Alonso y ningún Williams, Haas o un Mercedes por detrás, quien estaba presto a recoger las nueces.

«Hacer frente a variedad de situaciones»

La elasticidad de pilotaje debe ser un rasgo común a cualquier piloto de élite. Sin embargo, también aquí hay grados. En el caso de Alonso, alcanza niveles de virtuosismo innato, propio de los señalados con el dedo divino. A ello, el piloto ha sumado una inmensa carga de trabajo, atención al detalle y concentración. La naturaleza le ha dotado con una singular capacidad instintiva e inteligencia natural para acceder instantáneamente a ese inmenso cúmulo de información.

«La esencia de sus cualidades es que es muy completo. Te cuesta encontrar un punto débil, básicamente, en términos de habilidades de alto nivel», dice de Alonso el hoy responsable de McLaren, Andrea Stella, ingeniero de Alonso en Ferrari y con quien emigró al equipo británico. El italiano fue socio de Alonso, por ejemplo, en aquella sensacional temporada 2012, donde el asturiano luchó hasta la última carrera con aquel F2012 de comportamiento errático y poco competitivo. Aquel mensaje por la radio, tras la victoria en el GP de Malasia…

«La preparación técnica en términos de conducción. Su capacidad de hacer frente a una variedad de situaciones. La inteligencia, la capacidad de comprender la situación mientras está dentro o fuera del coche», explica sobre los rasgos que distinguen a Alonso. «Cada piloto te dirá: ‘Soy el más comprometido’. Pero a Fernando le resulta muy difícil aceptar ser más lento que los demás. Es algo muy esencial para su naturaleza, lo que potencialmente podría haber creado problemas cuando no era lo suficientemente maduro para manejar este aspecto fundamental de su identidad». Con 43 años, la madurez ya está en el paquete.

«Su sensibilidad es excepcional»

Salvo el equipo, es difícil para el mundo exterior apreciar ese virtuosismo dentro del habitáculo, capaz de exprimir un monoplaza cualquiera que sea su comportamiento, a esa combinación de inmenso bagaje cerebral unido a un sexto sentido con el volante entre las manos. El propio Stella pone un ejemplo para ilustrar una cualidad, en el caso de Alonso, convertida en rara avis.

«Su sensibilidad hacia el coche es excepcional. Se siente cómodo si sabe que estamos atacando el 90% del problema. Y con Fernando, cuando hay un problema, tiende a extenderse por todas las curvas. Si hay demasiado sobreviraje, ves que está más o menos en todas partes. Mientras que algunos pilotos pueden decir solo subviraje aquí o sobreviraje allá».

Stella explica esa capacidad de inducir un comportamiento determinado en el coche para corregir otro más inadecuado. No se trata de reaccionar a la máquina, sino de domarla. «Es una cuestión de percepción y sobre el tema. Puedes crear tu propio subviraje, por ejemplo. Si el coche se muestra un poco nervioso, no te comprometes a girar lo suficientemente temprano o no lo suficiente. Así que retrasas la entrada y, entonces, siempre encontrarás un coche con subviraje en la mitad de la curva».

Probador desde la infancia

¿Cómo explica el propio protagonista ese instinto para domar al potro salvaje? «La capacidad de adaptación viene desde una edad muy temprana. Recuerdo que, cuando practicaba kárting, entre los seis y los 11 años, corría en mi región natal. El clima allí es muy cambiante. Tenemos neumáticos de lluvia o neumáticos de seco, pero solo teníamos los neumáticos que venían con el kart cuando lo compramos, por lo que siempre usábamos ese neumático independientemente de las condiciones climáticas«, explica Alonso, retrotrayéndose a su infancia en una larga entrevista de Aston Martin. «Desde el principio, tener que adaptarme fue algo normal en mi carrera. Tienes que reinventarte cada temporada, cada carrera, para intentar superar a tus competidores».

«Estaba creciendo y tenía mucha experiencia para mi edad por entonces. Cada vez que un kart venía a nosotros con un problema, yo le daba mi opinión sobre lo que estaba mal. Desde muy temprano, en mi carrera estuve cambiando de vehículo cada hora, cada día, cada semana y aprendí a sacarle el máximo partido a las distintas maquinarias».

Alonso fue capaz de exprimir el AMR23 y llevarse casi hasta la victoria en Mónaco. (EFE)
Alonso fue capaz de exprimir el AMR23 y llevarse casi hasta la victoria en Mónaco. (EFE)

De modo que ya era casi un piloto probador desde la infancia. «Desde los seis años, probé karts que eran para niños mucho mayores que yo, incluso adultos. No me quedaban bien, así que me estiraba para conducirlos con los pies y las manos. Mis brazos estaban estirados por encima de mi casco, pero estaba logrando tiempos de vuelta competitivos y luego volvía a subirme a mi kart».

El disco duro

Se trata de improvisación natural, sí, pero Alonso también está apoyado por una singular inteligencia natural y multitarea -son famosas sus anécdotas en carrera-, además de aportar una incansable dedicación, rayana en la obsesión. «Cada vez que estás en un coche de carreras, aprendes algo. Puede ser más útil o menos útil en ese momento en particular, pero más adelante tal vez te encuentres con las mismas condiciones, el mismo nivel de agarre, el mismo nivel de estrés, mismo equilibrio del coche». Ahí estaba el piloto, visualizando horas y horas videos de las 500 Millas de Indianápolis o las 24 Horas para, insaciablemente, acumular todo tipo de información, como descubrían sorprendidos sus compañeros de Toyota.

Alonso tuvo que lidiar con los poco competitivos monoplazas de McLaren. (EFE)
Alonso tuvo que lidiar con los poco competitivos monoplazas de McLaren. (EFE)

«En ese momento de sobreviraje o cuando tienes un bloqueo frontal, tu memoria, una memoria muscular, se activa en función de lo que has experimentado antes y reaccionas instantáneamente de la manera que necesitas«, explica de forma introspectiva el propio Alonso. «Es como si tu cerebro fuera un disco duro, todo lo que sabes está en ese disco duro y accedes a él cuando lo necesitas en esos momentos. Cuantas más vueltas hagas en un coche de carreras, más experiencia tengas con diferentes coches, en diferentes circuitos, en diferentes condiciones, puede ser una ventaja».

«No soy el más rápido en una vuelta de clasificación. No soy el más rápido bajo la lluvia. No soy el mejor en muchas de las áreas», ha dicho de sí mismo el propio Fernando Alonso en varias ocasiones. «Pero creo que en todos estoy al 99% y eso me da una ventaja muy a menudo». Como en Bakú, el pasado fin de semana, una vez más.

Vía Javier Rubio para El Confidencial.com

Advertisement
Share

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *