Imola día 1 de Mayo de 1994 «La carrera maldita»
Imola iba a ser el punto de inflexión que marcaría el regreso del tricampeón a las victorias. A pesar de todo, tras los primeros minutos de las clasificatorias del viernes, su amigo Rubens Barrichello tuvo una violenta salida de pista, y sólo recobró el sentido en el hospital del circuito. Senna acudió inmediatamente al hospital para darle su apoyo. Estaba ansioso, inquieto y conmocionado. El sábado se produjo la muerte de Roland Ratzemberger. El debutante piloto austríaco sufrió un accidente brutal y fatal. Mientras que Barrichello había tenido un error de pilotaje (entró demasiado deprisa en la Variante Bassa), Ratzemberger fue víctima de la rotura de un alerón delantero del Simtek, que perdió adherencia a 304 km/h y salió recto en la Curva Villeneuve, chocando de frente contra el muro de cemento a unos 300 km/h. Murió casi al instante debido a la violencia de la desaceleración.
Senna fue al lugar del accidente. Esta iniciativa le valió una represalia de la FIA y de la dirección de la carrera: “su función es pilotar…”
Ayrton Senna, que antes de la salida del austríaco ya había conquistado la 65ª pole-position de su carrera, ahora estaba realmente preocupado y nervioso. Fue a la parte trasera de los boxes, solo, y lloró. Estaba naturalmente perturbado con aquel fatal accidente. Era la primera muerte de F1 en la pista desde el 13 de junio de 1982, cuando el italiano Ricardo Paletti pereció en un accidente en la salida del GP de Canadá. Ésta era la 32ª muerte de un piloto de F1 en pista.
Esa noche, Ayrton habló con su novia Adriane Galisteu en su casa de Quinta do Lago, y le confesó su inseguridad y su poca voluntad de disputar aquel Gran Premio. “No tengo buenos presentimientos, y, si pudiese, no correría”, le confesó al teléfono. Adriane intentó animarlo: “Eres fuerte y vas a conseguirlo”.
Horas antes de la carrera del domingo, Senna visitaba el puesto de periodistas donde estaba Prost, y se sentaba a su lado. Nunca dijo nada importante y parecía que solo quería disfrutar de su compañía. Prost posteriormente reveló haberlo visto sumamente frágil: «era la primera vez que lo veía así, él era siempre muy fuerte y quería demostrarme que era mejor que yo». Minutos antes de salir a pista, Prost en cambio visitaba por última vez a su amigo. Conversaron sobre detalles de la carrera, seguridad, las sospechas sobre el equipo Benetton, pero sobretodo sobre lo feliz que estaba por haber recibido su visita. Prost tampoco nunca olvidará las palabras de Senna desde la radio de su Williams y durante la transmisión en vivo justo antes de su vuelta de clasificación, como bien podeis comprobar en el video, le dijo: «Un saludo especial para mi querido amigo Alain».
«¡ Te extrañamos Alain !»
Celso Itiberê cuenta que aquel domingo 1 de mayo, Ayrton Senna parecía otra persona. Lo mismo sintió el francés Armand, cámara de TV Globo: “Estaba distinto, preocupado”.
Valerie Junquera, de Elf, y Riccardo Patrese coinciden en que Senna estaba preocupado y pálido desde el viernes.
El tricampeón, que antes de dirigirse a la parrilla llegaba siempre a los boxes lleno de energía, bromeando con los mecánicos, se comportó de forma poco usual. Se debió de dar cuenta de que no era un domingo como cualquier otro, y se mostró bastante sensato y reflexivo.
Llegó temprano para el warm-up, regresó al motor home y, al dirigirse al briefing de pilotos, conversó primero con Lauda y luego con Berger. Al volver, se encerró en el motor home. Ese es el comportamiento normal de un piloto de F1 un día de Gran Premio, al que Senna obedecía religiosamente. El ritual habitual cambió ese día cuando salió para la carrera.
Entró en los boxes a las 13h 27m e hizo algo completamente diferente: tardó mucho en salir del box. Apoyó ambas manos en los extremos del alerón trasero, miró el coche y se quedó así, inmóvil, durante algunos minutos, como si fuera a pronunciar una oración. Un funcionario se le aproximó y le pidió un autógrafo. Senna movió negativamente la cabeza, indicando que no quería ser molestado. Patrick Head llegó y le dijo algo, Ayrton lo miró un momento y regresó enseguida a su posición anterior, hasta que finalmente se dedicó a mirar lentamente todas las partes del coche, por delante y por detrás.
Parecía tener un sentimiento interno de que necesitaría algo más que su extraordinaria capacidad para superar la prueba que estaba a punto de dar comienzo. Sólo después, Senna se colocó el casco y, sin pronunciar una palabra, se colocó al lado del cockpit. Entró enseguida y se abrochó el cinturón. Parecía extraño y estaba triste, pensando todavía en lo que había sucedido la víspera.
Antes de entrar en el coche, según contó Galvao Bueno, le pidió a Julian Jacovi que le proporcionase una bandera de Austria. Confiaba en que iba a ganar aquella carrera, y quería celebrar la victoria con una bandera austríaca en homenaje a Ratzemberger.
La salida fue agitada. Pedro Lamy no vio el Benetton de J. J. Lehto detenido y chocó violentamente con él. La pista se vio invadida por los restos de los dos coches y tuvo que interrumpirse la prueba. Sin embargo, la dirección de la prueba decidió hacer entrar al safety Card en lugar de detener la carrera. Ayrton había salido el primero y se mantenía líder de la prueba detrás del safety Car.
En la vuelta 5ª, el safety Car salió de la pista y la carrera continuó. En la vuelta siguiente, Ayrton pasó por última vez por la línea de meta, 0,675s por delante del Benetton de Schumacher.
En la entrada de la curva Tamburello, alrededor de las 14h 18m, el Williams rozó el pavimento y escapó al control del piloto. En la vuelta anterior, Senna había levantado el pie del acelerador en aquel punto, a 303 km/h (en las clasificatorias había pasado a 312 km/h).
En aquella vuelta fatídica circulaba a 310 km/h.
El monoplaza chocó contra el muro de cemento, a tan sólo 15 metros de la pista, sin ninguna escapatoria de arena u otra zona de desaceleración. El neumático delantero derecho sufrió el primer impacto. El coche rebotó de nuevo hacia la pista, dio media vuelta y regresó a la escapatoria. Siete segundos después de la colisión, el automóvil, destrozado, se detuvo con la parte delantera y el lado derecho, excepto el cockpit, totalmente destruidos.
La cabeza del brasileño se estremeció imperceptiblemente dos veces, la primera 1m 58s después del choque, y luego se inmovilizó. Delante del televisor, todos quedamos horrorizados, aunque con alguna esperanza. Pero era en vano. En el lugar del accidente, en el punto exacto donde el Williams alcanzó de lleno el muro blanco de Tamburello, quedó una mancha azul Rothmans. En el pavimento, donde fue colocado el cuerpo de Ayrton sobre una camilla, una enorme mancha de sangre, la cabeza oculta por los médicos y los enfermeros con una sábana verde.
«Justo en ese momento fue cuando me di cuenta, que apartir de ahi habria un antes y un despues en la Formula 1 nos dejaba el Campeón, como piloto y mejor persona, alguien que aun hoy despues de 16 años, todavia le lloramos y jamas olvideremos»…….
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¡¡ Solo mueren los que son olvidados y aquí siempre brillarás ¡¡¡
¡¡¡ Ayrton va por tí ¡¡¡
1994 Ayrton Senna en Williams
1 de mayo Imola “La carrera maldita” Momentos después del accidente |
Nunca te olvidare……..