• jue. Abr 25th, 2024

Gran premio de Fórmula 1 Hungría circuito de Hungaroring / Crónica

Ocon da la gloria a Alpine

ImagenFue bonito, pero no acabó como algunos querían. Muchos soñaron con el podio, se pudo ganar, y con alguna otra decisión estrategia, caso cualquier piloto de la parrilla lo habría hecho este domingo en el inicio de gran premio más loco que se ha vivido en mucho tiempo en la Fórmula 1. La presencia de la lluvia y una carambola propiciada por Bottas agitó el orden establecido, eliminó a varios favoritos y resucitó a algunos desahuciados. Sainz se quedó cuarto, a tres vueltas del podio, y Alonso quinto, justo tras él, en la fiesta merecida por su compañero, Don Esteban Ocon. El francés ganó este domingo su primera carrera con Alpine, como hizo el asturiano en este mismo circuito hace 18 años. Triunfo épico, aguantando la persecución de Vettel durante la totalidad de la prueba. Un impulso para seguir ganando carreras en el futuro, aunque un chasco que la fiesta no tenga acento español el día que los trofeos estaban de rebajas.

Bottas elimina a Verstappen en la salida

Por partes: la salida en mojado, todos con ruedas intermedias. Hamilton defendía la pole seguido de Bottas y Verstappen, y el finlandés arrancó fatal. Max ya le había pasado bajo los semáforos, luego hizo lo propio Norris. Cuando llegó la frenada, un Valtteri engorilado arrolló a Lando, que a su vez tocó a Verstappen y lo mandó fuera de la pista. Un Mercedes eliminando al hasta entonces líder del Mundial, qué mala pinta está cogiendo la temporada. También acabaron con Checo Pérez. El McLaren y el mexicano abandonaron, el otro Red Bull siguió en la pista, pero con daños irreparables que le condenaron a vagar por la cola. Mientras, Stroll empujó a Leclerc y este a Ricciardo, y sólo se salvó el australiano del choque. De esa guisa, en la tercera curva se plantó Hamilton primero seguido de Ocon, Vettel y Sainz, que había partido 15º. ¡Once posiciones en tres curvas!

Dirección de carrera sacó la bandera roja para limpiar el estropicio. Todos al ‘pit-lane’ y nueva salida unos minutos más tarde. Hacía un sol radiante, quemaba, la pista se secaba por segundos, pero los mejores ingenieros de competición se pusieron de acuerdo para marchar a la segunda parrilla con los neumáticos de lluvia. A veces no hace falta un máster en climatología para tomar la decisión correcta. Todos fallaron, y en la vuelta de formación, catorce coches de quince se dirigieron al garaje para cambiar las gomas y montar las de seco. Sólo uno siguió con el plan previsto, Hamilton, que empezó él solo en una parrilla esperpéntica con la rueda verde. Cuando las cambió una vuelta más tarde, le habían adelantado todos los demás.

Ocon y Vettel se escaparon, Latifi hizo de tapón

El cruce en la calle de garajes hizo perder a Sainz dos posiciones que pagaría muy caras, se colaron Latifi y Tsunoda. Tiró y tiró, pero no se puede adelantar en Hungaroring. Si Verstappen o Hamilton lo pasaron mal para librarse del Haas de Mick Schumacher, ¿qué se puede hacer contra un Alpha Tauri crecido? Se escaparon Ocon y Vettel, los que se jugarían después la victoria mientras el lentísimo Williams taponaba a los demás. A partir de la vigésima vuelta todos pararon a cambiar neumáticos y Sainz desoyó a sus ingenieros: “Tengo muchísimo ritmo, dejadme fuera”. Querían cubrirle del japonés, no sabían que estaba en juego mucho más.

Alonso hizo lo mismo, los dos españoles se pusieron a tirar y adelantaron por ‘overcut’ al tren lento que copaba el podio. Pero por detrás, Hamilton remontaba como una exhalación. Hizo una segunda parada a 20 vueltas para el final e inició la segunda persecución hacia la victoria con gomas frescas, mientras los españoles aguantaban con lo que tenían.

Remontada de Hamilton y exhibición asturiana

Hamilton cazó a Alonso en el 55º paso por meta y comenzó entonces un recital de defensa y ataque que pasará a la historia de la F1. El asturiano debía aguantar al Mercedes porque en sus manos estaba que no tuviera tiempo para alcanzar al compañero, Ocon. Durante diez vueltas épicas, cumplió con su cometido en maniobras arriesgadísimas, que levantaron a los 100.000 aficionados de la grada y a cualquier entendido en el paddock. Una locura, pegados en la zona de DRS, serpenteando hacia la subida, con movimientos peligrosísimos que pudieron dejar a ambos fuera de carrera. Una delicia presenciar el duelo que la diferencia de monoplazas ha impedido en tantas otras ocasiones. Al asturiano le designaron piloto del día. Pero al final, ganó Goliath. Hamilton aprovechó una pasada de frenada del asturiano y se fue a por el Ferrari.

Lo tenía más difícil Carlos, porque su ritmo en ese momento de la carrera era sensiblemente inferior al del Alpine. Fueron dos vueltas tensas, apretadísimas y condicionadas por Ricciardo, que estaba siendo doblado en ese mismo instante por ambos. Al final el Mercedes pasó al Ferrari en la recta, a tres vueltas para la bandera a cuadros. Se esfumó el podio y aunque se entone la clasificación del Mundial para el madrileño (supera a Leclerc), sabe muy amargo un fin de semana en el que se podía ganar una carrera.

El gran día de Alpine

Y la ganó Ocon, sujetando por detrás a todo un tetracampeón del mundo con un Aston Martin más rápido. Apenas tuvo dos acometidas serias, una tras el cambio de neumáticos que adelantó Seb, y otra conforme se acercó el tren de doblados. Pero el francés está llamado a grandes cosas en el futuro y todos en su equipo lo saben. También Alonso, que corrió a abrazarle en el parque cerrado. En sus manos estuvo contener a la leyenda unas pocas vueltas, porque Hamilton terminó a 2.7 segundos del vencedor, a menos de uno de Vettel, y con un par de vueltas más los habría cazado. En las manos de Esteban, esta vez, estaba la gloria reservada a los vencedores.

Vía As.com

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