Räikkönen y Alonso en Austria
En la Fórmula 1 todo está calculado y, aunque a veces se nos olvide por la facilidad y rapidez con las que sustituyen cualquier pieza dañada, el coste de cada monoplaza es mucho más elevado que el de los coches de calle que utilizamos a diario. La revista F1 Racing ha analizado los accidentes de esta temporada y ha tratado de "traducirlo" en cifras. El más caro del año, el de Räikkönen y Alonso en la salida del Gran Premio de Austria.
Räikkönen patinó en la salida y colisionó con el coche que estaba justo a su izquierda cuando el finlandés perdió el control de su monoplaza. Ambos se "engancharon" y fueron juntos hasta las protecciones, con tan mala suerte que el McLaren de Alonso, tras el fuerte golpe, se subió encima del Ferrari del finlandés. La colisión, de acuerdo con el sensor que mide los impactos que hay en el interior del coche, fue de 34G en el caso de Alonso.
La revista F1 Racing ha analizado el accidente y pone cifras al coste económico que debió suponer. En el coche de Alonso, más allá de quedarse sin participar en la carrera, hubo que sustituir el chasis, piezas mecánicas y aerodinámicas que habían sido montadas para su prueba y elementos de seguridad que quedaron seriamente dañados al cumplir con su función, además del motor. Según la publicación británica, el coste fue de aproximadamente 1,8 millones de libras. En el caso de Räikönnen sólo se salvó la unidad de potencia y la transmisión, mientras que el resto del monoplaza tuvo que repararse. El coste estimado es de 1.4 millones de libras.
En total, se calcula que el coste económico para volver a preparar los monoplazas para salir a pista fue de 3,2 millones de libras, lo que se traduce en nada más y nada menos que 4,3 millones de euros.
Otro fuerte accidente, el de Carlos Sainz en los Libres 3 del GP de Rusia, costó alrededor de 1,7 millones de euros. Tras el golpe de 46G, por el que Sainz fue hospitalizado, hubo que cambiar los alerones delantero y trasero, suelo, suspensión, motor y caja de cambios.
Vía Autobild.es