Crónica del primer Gran premio de la temporada
Es pronto para decir si este será el año, pero claramente no era el día. El arranque de temporada de Alonso y Sainz terminó contra los muros de Albert Park en un domingo pasado por agua, en complejas condiciones mixtas que dejaron fuera de juego a un cuarto de la parrilla y entre ellos, a los dos pilotos españoles. Carlos perdió el coche en la última curva detrás del ‘safety car’ en la primera vuelta sobre un asfalto parcialmente encharcado y lo vio bien Fernando, que entonces rodaba undécimo y justo por detrás. En la 34, el asturiano tomaba riesgos para acercarse a Gasly en una pista cada vez más seca, quedó a expensas del Aston Martin fuera de control tras pisar el exceso de grava en el interior de la curva siete y chocó contra las protecciones con la suspensión trasera destrozada. Doble abandono y sálvese quien pueda, porque la carrera siguió con idas y vueltas, lluvias y secos y un líder inmutable: Norris contuvo las intentonas de un amordazado Piastri y también la presión final de Verstappen para lograr la primera victoria de 2025, no sin sufrir al final por la presión del campeón, segundo. El duelo por el título ya tiene protagonistas.
El domingo comenzó mirando al cielo por la fuerte tormenta previa a la carrera. No se empezó con puntualidad porque Hadjar estrelló el RB en la vuelta de formación. No es país para rookies. Con la pista encharcada pero en condiciones válidas, se apagaron los semáforos y empezó la lucha por la supervivencia. Delante iban con tacto. Detrás, no tanto: Doohan, otro debutante, sufrió solo un violento accidente pasada la curva siete. Salió el coche de seguridad y cayó una pieza de caza mayor: Sainz perdió el tren trasero del Williams y acabó contra los muros en la entrada a meta. Habla de un problema en la entrega de potencia, porque no tocó el acelerador. En cualquier caso, la falta de rodaje con un coche nuevo tampoco ayuda.
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Tras la resalida hubo tensión, pero no movimientos. Verstappen presionó a Norris, pero terminó cometiendo un error que cedió el paso a Piastri. Y el australiano voló por momentos, se acercó mucho a Lando. Pero su escudería le prohibió atacar cuando estaba más cerca.
Norris, líder inmutable ante Piastri y Verstappen
El accidente de Alonso llegó cuando el asfalto empezaba a secarse, señaló a la grava que vertía en la trazada la extraña curva seis de Melbourne. Tras el susto, todos aprovecharon el SC para cambiar a neumáticos de slick. No era el momento, una fuerte pero breve tormenta hizo imposible la marcha. Piastri se fue a la hierba y quedó sin opciones ante una grada que le coreó como ídolo, lo que pronto será. Y el via crucis de los debutantes prosiguió con los dos accidentes no relacionados de Bortoleto y Lawson en la misma vuelta, que provocaron el último coche de seguridad y reagruparon la carrera para un ‘rush’ final de siete vueltas.
Por el camino, sendos pilotos de Ferrari cometieron errores y perdieron posiciones. Russell se encontró el podio y Albon fue cuarto, un premio gordo al que podían haber optado Sainz o Alonso. El ‘rookie’ que sí terminó, Antonelli, lo hizo en una brillante quinta posición por delante del Aston Martin de Stroll. Hulkenberg le dio puntos a Sauber por delante del triste SF-25 de Leclerc. Y Hamilton, protestón por la radio, cerró los puntos tras la remontada final de Piastri. Verstappen, por cierto, arreció como la lluvia en las últimas vueltas y apretó hasta el final a Norris con un Red Bull que no tiene nada que ver con el dominante McLaren (subió al podio Rob Marshall a recoger el trofeo de constructores, en Woking son agradecidos). Max cruzó la meta a menos de un segundo de Lando para recordarle que para ganar el Mundial va a necesitar mucho más que 24 carreras salvajes. Que venga la siguiente. Que sean todas como esta.
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