Varios enfrentamientos entre el brasileño y Schumacher en 1992 presagiaban la dimensión del piloto alemán, al que el brasileño quiso marcar el territorio para demostrarle quién era
¿Se imaginan a Lewis Hamilton cogiendo del cuello a un Max Verstappen recién llegado a la Fórmula 1? En estos tiempos de corrección política, redes sociales y brutal fiscalización mediática de cada gesto, parece imposible. Pero hubo otros en que no lo era. El liderazgo entre dos machos alfa se dirimía cara a cara y en ocasiones casi llegando a las manos. Aquellos enfrentamientos entre Ayrton Senna y Michael Schumacher en 1992 escenificaron el encontronazo de dos placas tectónicas en la historia de la Fórmula 1. Continue reading »