• sáb. Abr 20th, 2024

Fernando Alonso estuvo poco acompañado en el podio aunque en Ferrari vibraron con sus pasadas

Domenicali, el pacificador pide unidad a todos por encima de las tensiones actuales

llegadafernandogpbélgicaf1eepStefano Domenicali terminó sin prisa su habitual rueda de prensa al acabar la carrera del domingo. Micrófono en mano responde un cuarto de hora en inglés e italiano a todos y luego suele salir hacia su despacho, pero en Spa buscó con la mirada a los habituales del paddock. Prensa italiana y española que recorre el mundo desde hace muchos años y con quien hizo un aparte.

Domenicali, cualificado diplomático y con un proverbial don de gentes, parecía preocupado pese al excelente segundo puesto de Fernando Alonso. Y en ese petit comité lo dejó entrever, asegurando que hay que estar unidos, sin fisuras, en este momento tan importante en que se encara la recta final del campeonato, ya que se están leyendo y diciendo muchas cosas, incluidas las informaciones de ruptura entre Alonso y la Scudería, que van y vienen en intensidad y volumen de una carrera para otra.

En este sentido, el papel de Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, apoyado en sus medios afines, lanzando la idea de un posible fichaje de Fernando, también está ayudando a desestabilizar una nave que desde 2010 iba viento en popa sin un remo más lento que otro en galeras.

"Rendirnos ahora es absurdo porque si la máquina va, puede pasar cualquier cosa"

Domenicali sabe que la relación dentro del equipo en el momento actual no es tan idílica como era hace meses, especialmente tras la marejada de Hungría entre el presidente Montezemolo y Fernando, aunque el piloto pasó por encima del asunto en Bélgica, asegurando que la relación es tan buena como siempre.

En Spa muchos trataron de explotar la imagen de Alonso llegando a meta con el muro sin casi gente para aplaudirle, en contraposición a la abundancia de miembros de Red Bull que se colaron por las rendijas del difícil panelado del pit wall belga para sacar una mano por el alemán.

También se le buscan las vueltas a que Fernando no pasara cerca de dicho muro y enseguida buscara el otro borde de la pista, olvidando que en Spa no hay vuelta de honor y los pilotos, que regresan a boxes por el pit lane, tienen pocos metros para recoger la clásica suciedad para ganar peso. Y eso hacen.

Poca gente en el podio
Lo que sí que fue escasa es la gente del equipo presente debajo del podio durante la ceremonia. Allí estaba el padre y la madre del piloto y pocas casacas rojas más se vieron, algo inhabitual para la algarabía con la que se recibe el champán tras una carrera. Suele ir todo el mundo a ver a sus pilotos.

Pero de ahí a hablar de ruptura hay un trecho muy grande, como también demostraron los saltos y aplausos de su gente más cercana en el box, los mecánicos de Fernando, captados por la televisión, tras adelantar a Nico Rosberg en la cuarta vuelta del gran premio, lo que le aupaba al podio en los primeros compases de la misma.

Domenicali, al igual que Fernando, sabe que se necesitan el uno al otro, que están condenados a entenderse y no pierde de vista ese objetivo por encima de las discrepancias más o menos públicas, de los deslices de unos y otros para que sean vistos y leídos, y demás fuegos artificiales.

La nave tiene que seguir y Monza no puede ser un caldero ardiendo, sino un trampolín: "Se pueden recuperar los 46 puntos. Rendirnos ahora es absurdo porque si la máquina va, puede pasar cualquier cosa", asegura Domenicali.

Vía Marca.com

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