Hamilton sale ileso de una carnicería en Mugello
Por orden. En la salida oficial, Bottas adelantó fácil a Lewis. Verstappen se quedó clavado porque su motor no funcionó, le pasaron todos; y Leclerc encendió a la grada con un adelantamiento del quinto al tercero. Gran arrancada de Sainz desde el noveno para superar en un paralelo espectacular a Ricciardo y Pérez hasta que… atacando a Stroll por la cuarta plaza, segunda curva, trompeó el McLaren. Justo tras ellos, una carambola entre Gasly, Verstappen, Raikkonen y Grosjean mandó a la grava a los dos primeros y forzó el primer coche de seguridad del gran premio. Hubo trabajo para el Mercedes rojo este domingo, casi se merece subir al podio.
El peligro llegó cuando se lanzó la carrera tras el safety car, vuelta 6: Bottas ralentizó todo lo que pudo al pelotón hasta llegar a la línea de meta, donde lanzó la carrera. El problema es que con tantos coches en tan poco espacio sólo podía suceder lo peor: unos calentando neumáticos, otros pisando a fondo, y Giovinazzi se frenó en seco. Se lo comieron Magnussen y Latifi y por detrás, chocó también Sainz. Los cuatro impactaron a cierta velocidad y quedaron para el desguace sobre los muros de la recta. El madrileño, al garaje con magulladuras en la muñeca, pero nada importante. Bandera roja y vuelta a empezar desde la parrilla.
En llamas, segunda salida
A esa nueva salida, vuelta 9, llegó Hamilton con los frenos en llamas, literalmente, y ni siquiera eso le impidió recuperar el liderato sobre un Bottas manso en la frenada de San Donato. Cuando está detrás lo intenta poco y cuando está delante, defiende mal. Ante un coche tan dominante, sólo una pareja Senna-Prost puede volver emocionante la lucha por el campeonato. Comenzó entonces una carrera nueva de 50 vueltas con siete pilotos fuera de competición (Ocon se sumó por avería) y los Mercedes escapándose. Leclerc defendió con honor el tercer puesto (se llevó una gran ovación en la salida), pero su Ferrari es tan pobre que le adelantaron, uno por uno, todos los que anduvieron alrededor. Stroll se erigió como el líder de ese segundo grupo, perseguido por Ricciardo y Albon, hasta que Renault identificó bien el momento de cambiar los neumáticos y adelantó desde el pit lane al canadiense por la tercera plaza. El podio era merecido.
Stroll al muro y sprint final
Parecía que se consolidaban las posiciones, pero aún quedaba más. En la vuelta 45, Stroll perdió el control de su Racing Point en Arrabiatta, a muy alta velocidad y probablemente por un pinchazo, y destrozó el coche contra las protecciones. Sin daños para el piloto, con fuego en el carenado, segunda bandera roja y… tercera salida desde la parrilla de Mugello.
Después de tres carreras consecutivas, casi nadie está preparado para tres salidas consecutivas. Ricciardo sí: llegó a adelantar a Bottas, se puso segundo detrás de Hamilton, e hizo soñar a Renault por un momento. Lástima que los neumáticos se vinieran abajo frente a los coches grandes, porque el finlandés se la devolvió rápido y también Albon, valiente con el Red Bull, camino de su primer podio en la F1. Valtteri perseguía a Lewis con intentos de vuelta rápida, pero acabó a cinco segundos. Hamilton se sobrepuso a las circunstancias y la peligrosidad para sumar su 90º GP.
Por detrás, cuarto final de Ricciardo, quinto de Pérez, sexto de Norris y séptimo de Kvyat. Leclerc acabó octavo, mucho premio para poco coche, y Raikkonen noveno, delante de Vettel, a pesar de las horribles paradas de Alfa Romeo. Se quedó sin sus primeros puntos Russell, undécimo con el Williams, y Grosjean. Pero en un gran premio que sólo terminan 12 coches, el aplauso presente de la grada está justificado para todos.
Vía As.com