A partir de 2016 la Fórmula 1 se podrá seguir únicamente en España a través de plataformas de pago

Será por primera vez desde la llegada de Fernando Alonso. Todo un desafío para Movistar

La RTL alemana acaba de renovar la Fórmula 1 por dos años más. En Gran Bretaña, la BBC y Sky comparten los derechos y retransmisiones. Y en España, a partir de 2016 la disciplina solo podrá seguirse a través de la plataforma de pago de Movistar. El Confidencial ha charlado con Josep Lluis Merlos, responsable del equipo para la Fórmula 1, sobre diferentes temas de futuro: el posible impacto sobre las audiencias, la influencia de los resultados de Fernando Alonso, los desafíos tecnológicos y nuevas plataformas.

Pregunta: A partir del próximo año, Movistar se queda en solitario con las retransmisiones de Fórmula 1; ¿cuál es el modelo y los objetivos, cuando ya no habrá un canal en abierto y en paralelo, como es el caso de Antena 3 en estos momentos?

Respuesta: El planteamiento de Movistar es avanzar sobre lo que se ha estado haciendo hasta el momento. Antena 3 y TV3 han hecho un producto de muchísima calidad, y han dejado una buena base. Pero la televisión tiene que cambiar, y tiene que hacerlo desde el punto de vista tecnológico. Creo que en este sentido, a la Fórmula 1 le queda un larguísimo recorrido por delante.

Si comparas con las motos, en Silverstone ya empezaron a trabajar en todo el circuito con cámaras 4k. En las motos están innovando continuamente. Las cámaras on board de las motos son mucho mejores que las de Fórmula 1. A partir de aquí, este es el planteamiento que hace Movistar: queda un largo camino por recorrer en la forma de empaquetar, de presentar el producto al espectador.

El producto es el que es, hay gente que considera que ha perdido emoción, alternancias… Todo eso es cierto. En ausencia de todo esto, ¿cómo mejoras el producto? Pues con una serie de periféricos desde el punto de vista tecnológico. Por ejemplo cuando tienes fibra óptica, la calidad del espectáculo no tiene nada que ver desde el punto de vista visual. Las seis señales simultáneas, radios, tertulias…

Con todo esto marcas la diferencia, pero todo esto hay que pagarlo. Todo este soporte tecnológico no lo puedes ofrecer en una televisión de soporte convencional y generalista a través de ondas herzianas. No porque no sepan hacerlo, que saben, sino porque no tienen el canal de distribución. Pero, repito, esto tiene un precio. Se trata de dar un paso más en la calidad de la propuesta, una vuelta de tuerca.

La ley del mercado

P:  Pero ¿qué otro valor añadido puede estimular al espectador cuando el aspecto deportivo ofrece estos altibajos?

R: La calidad y la cantidad de los expertos, por ejemplo. Simplemente porque tienes más tiempo de emisión para ellos, y el análisis y la información que ofreces está a un nivel más elevado. Tienes el tiempo y la información para un público con interés más específico. En abierto, la programación está cada vez más condicionada por las necesidades de parrilla… Si la audiencia de la Fórmula 1 cae, las cadenas no le dan tanto tiempo y buscan programación con otro retorno en valores de audiencia superiores.

Luego están todas las programaciones complementarias, las carreras históricas, los debates, los reportajes específicos con una duración que una televisión convencional no podrían ofrecerse…. Hay muchos recursos y contenidos que por derechos contratados no puede tener una televisión generalista, como por ejemplo, todas las conversaciones de radio, por temas tecnológicos, pero también porque lo pagas.

P: Pero este despliegue debe justificarse económicamente. No todo el mundo quiere o puede comprarse un coche de alta gama. ¿Habrá un mercado suficiente para pagar estos niveles de calidad? ¿Caerán mucho las audiencias por tener que pagar? Y sobre todo, ¿le salen los números a Movistar?

R: Difícilmente volveremos a las audiencias de cinco millones y medio si no llegan los resultados deportivos. Si mañana Alonso y Sainz luchan por el campeonato las audiencias volverán, y entonces el planteamiento es distinto. No me compete a mí analizar las cifras, pero si mi empresa ha decidido tirar adelante con el producto es porque saben dónde está el ‘breaking point’, el punto donde el producto es rentable per se y como complemento de otros productos que se ofrecen desde esta empresa.

El modelo de televisión está cambiando, no solo en España. Un producto forma parte de un conjunto mayor. La Fórmula 1 es un punto más de un paquete donde hay muchas más cosas: servicios, telefonía, canales de televisión… En este sentido, quien tenga la capacidad de seducir al cliente con ese paquete es quien va a llevarse el gato al agua. Y si mañana llegan los resultados deportivos, por un tema de economía de escala va a querer acceder más público y podrás bajar el precio. Y la oferta que hay en este momento es un chollo, por 9 euros y medio tienes fútbol, Fórmula 1… Quien diga que es caro, es mentira.

Consolidar el modelo de negocio

P: ¿Y hasta qué punto habrá gente que quiera y no pueda ver la Fórmula 1 en España, si la fibra óptica no es todavía de acceso universal?

R. Ya no, con la fusión con Canal Plus, si no te llega la fibra, te llegará la cobertura por satélite.

P: Vivimos en un momento de transición hacia nuevos modelos de distribución. Ahora Movistar se queda con los derechos de televisión, pero se están abriendo camino otros canales de distribución de contenidos. ¿No corre el peligro Movistar de hacer grandes inversiones en televisión y perder espacio si cambia la distribución de la Fórmula 1 en el futuro?

R: No me lo planteo tanto en la Fórmula 1, porque la voluntad de FOM de extender el contenido a otras plataformas es más una voluntad que una realidad. Todavía lo veo verde. Sería un error estratégico llevarlo a más plataformas. Es cierto que cuantas más sistemas puedas ver sus productos, mejor. Pero habrá que consolidar el modelo de negocio, y posicionarlo sin tenerlo bien consolidado en las plataformas más incipientes puede ser un error.

Si me hablan de Netflix, en algunos países funciona como un tiro, pero en otros habrá que irse adaptando a cada circunstancia. No pongamos la venda antes de la herida. Nadie tiene muy claro cual puede ser el modelo predominante. Vamos a ser cautos. Quién iba a decir hace dos años que íbamos a tener el modelo de fútbol que tenemos ahora en España. Y tecnológicamente, la Fórmula 1 tiene todavía por delante un largo camino de evolución

El ejemplo de las motos

P: Desde el punto de vista del profesional y del aficionado que siempre se lleva dentro, ¿cómo ve esta Fórmula 1 actual para venderla al público?

R: Creo que es interesante que se haya producido la catarsis actual. Hace falta un cambio. Una mala temporada no va mal si es para mejorar. En las motos, vimos hacia dónde iba MotoGP, y por dónde la está llevando ahora Dorna. Las parrillas eran un desastre, con doce motos. Se transformó el reglamento que involucró a las marcas y ahora es un campeonato magnífico porque aprovecharon un momento de tocar fondo. Ahora le ocurre igual a la Fórmula 1. Y deberían hacer los cambios de manera más drástica. El tema del ruido ha sido un error, el problema no han sido los motores pequeños, sino determinadas restricciones. Creo que se han equivocado en el planteamiento, luciendo mucho la parte ecológica, pero se han quedado en eso.

El ejemplo de Le Mans lo tenemos al lado, una categoría muy competititva y además ecológica. Estoy esperanzado en los cambios. Pero debe hacerse bien y tutelar los cambios gente neutra, sin intereses en los equipos.

P: ¿Cómo afrontará el equipo el llevar en solitario la voz y la imagen de la Fórmula 1 en España?

R: La verdad, con mucha tranquilidad y el mismo planteamiento del primer día. Cuando aterrizamos nunca fue el objetivo la lucha por la audiencia. Ha sido escasa al principio, ha ido creciendo, y está bastante por encima de las cifras que algunos han querido vender por ahí. La presión de luchar por la audiencia ya la he vivido. La nueva situación no es distinta de cuando empezamos en marzo del año pasado. Habrá cambios, un salto cualitativo, como lo ha habido este año, nuevas incorporaciones, y más herramientas y tecnologías a nuestro alcance, que introduciremos paulatinamente.

El brutal impacto de Fernando Alonso

P: Igual que la televisión en abierto tiene sus desafíos, ¿cuáles son los principales para el equipo de Movistar en un gran premio?

R: Mantener el tono durante tantísimas horas de emisión. Llevo cuarenta años haciendo periodismo, y televisión desde el 84, y te puedo decir que, de todo lo que he hecho, es lo más físico. Tenemos treinta y tantas horas de emisión en un fin de semana. Y llegar fresco al domingo es un reto. No es fácil, porque no puedes cometer la petulancia de que el espectador está siempre contigo desde el jueves al domingo. Por eso, siempre tienes que ofrecer la misma intensidad como si fuera el domingo a las dos de la tarde. Tienes que estar en tensión permanente.

P: La Fórmula 1 es uno de los vehículos globales de imagen más importantes a nivel mundial; ¿considera importante que España tenga presencia y se haya hecho un hueco en este mundo, como reflejo de su posicionamiento económico y social internacional…?

R: Sin duda, que este es un país moderno, que crece, que supera la crisis… Este es otro ejemplo. Pero analiza el nivel de patrocinadores en la Fórmula 1. El nivel de producto que se anuncia allí tiene una calidad. El impacto de Fernando Alonso es brutal, pero está claro que esta simbiosis se produce, y que la Fórmula 1 haya arraigado y se mantenga en estos niveles de audiencia y seguimiento, aún con resultados deportivos inferiores a los que desearíamos, es una muestra de la madurez que apuntas. Esto es un indicador más de modernidad. Hay determinados países en los que el impacto de la Fórmula 1 no les llega  simplemente por un tema de motivación económica.

Vía Elconfidencial.com