A pesar de una temporada demasiado larga, el neerlandés y el español no han pensado de momento en desconectar
«¿Qué harás las próximas semanas?», preguntó a Fernando a Max, «espero que no mucho», contestó el neerlandés, anunciando que no participará en los tests de final de temporada que sí tendrán ocupado mañana martes al español. «Espero que te vaya bien en el test. Yo haré una prueba con un GT3 en Portimao», desvelaba el campeón mundial. «Yo, en Aragón», respondía el de Aston Martin. «Podríamos hacer algo en medio», dijo entre risas Max, a lo que el asturiano le lanzó un desafío: «Sí, podemos probar con un DTM, ahí te podré ganar».
Aunque todo fuera una broma espontánea surgida entre dos pilotos que han reconocido la buena onda que les une, en dos animales competitivos como ellos no es algo que sería un disparate que sucediera. De hecho, si no sucede es seguramente mucho más por impedimentos logísticos y contractuales que porque de verdad no quieran hacerlo. A fin de cuentas, dos amigos apasionados por las carreras qué divertimento mayor tienen que juntarse en un circuito y echarse un pique. Por muy estrellas que sean Max y Fernando en su corazón late exactamente la misma pasión.
Se desconoce al momento de escribir estas líneas que tipo de vehículos van a probar respectivamente uno y otro piloto. Verstappen puede que pruebe el Honda NSX S que le regaló la marca japonesa el año pasado por su título mundial. En realidad, aunque sea un deportivo extremo no es un coche de categoría GT3, que es lo que SuperMax anunció en la entrevista. Podría ser una versión de competición facilitada por la propia Honda, o también podría si se trata de una actividad privada un Renault RS01 de GT3 que tiene de la época que corría para Toro Rosso.
Max Verstappen estará de test en el Circuito de Portimao, Portugal, con los GT3.
Por su parte, Fernando Alonso estará de test en Motorland Aragón con los DTM pic.twitter.com/k00xxxYNyP
— Nacho (@55Nacho_h) November 27, 2023
Unos garajes de ensueño
Fernando por su parte, si anunciaba que iba a hacer las pruebas del circuito de Motorland en un coche de la clase DTM y muy presumiblemente lo hará en el Aston Martin Vantage de su propiedad y que en su día fue pilotado en el Campeonato Aleman de Turismos por Dani Juncadella. Como buenos aficionados que son, ambos pilotos poseen un garaje de coches impresionante, pero el asfixiante calendario competitivo a lo largo del año apenas deja hueco para disfrutar conduciendo las máquinas de las que son propietarios.
Al hablar de coches de altísimas prestaciones, como es lógico, las carreteras abiertas al tráfico no son un escenario recomendable para exprimir todo lo que sus coches particulares pueden dar de sí. Por eso tiene sentido que ahora que hay un descanso en sus obligaciones deportivas lo utilicen para reservar un circuito y disfrutar sin restricciones del puro placer de pilotar. Y por supuesto que sin miedo a que haya algún percance pueda afectar a sus compromisos profesionales.
Pero no deja de resultar curioso, que cuando llega el día de comenzar unas merecidas vacaciones, aún queden ganas de seguir poniéndose un casco y explorar los límites de un coche en un circuito. Esa ‘obsesión’ donde no queda espacio en tu vida para otra cosa que no sean carreras y coches la tienen todos los pilotos de Fórmula 1, pero es posible que en su versión más extrema se encuentren Max y Fernando. Los dos comen, beben, respiran y duermen con la pasión por pilotar.
Competir como pasatiempo ‘profesional’
Recordarán, por ejemplo, que durante el confinamiento y en ocasiones también posteriormente, Max Verstappen participaba en competiciones de sim-racing. Y no por el simple entretenimiento de participar, sino llevando la misma intensidad del asfalto al mundo virtual. Más sorprendente aún el caso de Fernando Alonso, que aun perteneciendo a una generación diferente, tampoco dudó de emplearse a fondo en las competiciones con simulador.
Hay que tener en cuenta que pilotos que están habituados a los simuladores más sofisticados del mundo, podrían decir que no están hechos para competir con versiones ‘amateur’. Incluso que el ego podría tentarles a no mezclarse con simples aficionados y no digamos ser batidos por ellos. Pero ahí vemos al menos dos o tres veces por temporada como Fernando Alonso se apunta a carreras de resistencia con sus amigos a bordo de modestos karts de alquiler.
“Correr… es vivir, todo lo que pasa antes o después es simple tiempo de espera”. La famosa cita es del piloto alemán de preguerra Rudolf Caracciola, pero la inmortalizó Steve McQueen en su mítica película Le Mans. Y esto es exactamente lo que les pasa a Max Verstappen y Fernando Alonso. Sin correr no pueden vivir.