• vie. Abr 26th, 2024

La heroicidad de Carlos Sainz en Sochi ha dado para muchos títulares internacionales subiendo su caché en la F1 / Vídeo

El madrileño consolida su carrera con actitud

11140241_868285713257662_4420704429931830983_n[1]La Fórmula 1 no vive sólo de victorias y podios, sino también 
de valores y emociones como las que dejó escritas 
Carlos Sainz en el pasado GP de Rusia.  "Más triste que un torero al otro lado del Telón de Acero". Eso cantaba Sabina, y algo así puede que sintiera Carlos Sainz cuando se quedó a menos de ocho vueltas de saborear las mieles de los puntos en el GP de Rusia, el más duro y a la vez el mejor de su trayectoria en Fórmula 1.

Permítanme esa licencia, aunque lo de Matador II pueda quedar hoy un poco trasnochado para hablar de un joven deportista de elite y el Telón cayera hace ya más de 25 años. Pero es que el planteamiento de la acción también tuvo un aroma clásico: un piloto prometedor sufre un accidente muy serio, del que escapa sin fracturas pero con la necesidad de ingresar en el hospital –Carlos llegó a perder la respiración durante ocho segundos tras el violento impacto contra las barreras–; el piloto se siente bien y busca la forma más rápida de recibir el alta para volver al paddock; milagrosamente lo consigue, y también todos los permisos para correr en la carrera, apenas 24 horas después de su impacto; en un circuito difícil para adelantar, sale con ímpetu desde el fondo de la parrilla y remonta, con buena estrategia y mejor conducción, hasta la séptima posición.

Así quedó el STR10 de Carlos Sainz tras su accidente en Sochi

Pero justo entonces, cuando faltaban tan sólo ocho vueltas, después de superar a tantos rivales, de resistir a pesos pesados, de superar pequeños mareos en las primeras vueltas, de marcar de cerca al Ferrari de Kimi Räikkönen para salvar una sanción de cinco segundos… después de todo, un disco de freno cede y deja al piloto contra las cuerdas en la misma curva donde un día antes había acabado sepultado por las protecciones tras alcanzar un pico de desaceleración de 46G. Ironías de la vida, acabar una aventura frenética justo en el lugar donde empezó. Menuda historia.

ZOOM INTERNACIONAL

Sin embargo, no fue en balde el viaje a la épica que Carlos Sainz se marcó en Sochi. Primero porque demostró su capacidad de sacrificio en una situación que le podía traer más mal que bien: a fin de cuentas, decidió salir con dolores y desde el final de la parrilla a una carrera donde su compañero Verstappen salía noveno. Hacerlo mal le hubiera traído indiferencia y no comprensión.

Por otro lado, es evidente que un episodio de superación de este tipo reafirmará el carácter, la confianza y los objetivos del madrileño, que manejó una situación de angustia cuando, enterrado por las barreras Tecpro, reconoció sentirse agobiado al principio y luego impaciente por mostrar a sus seres queridos que se encontraba bien a pesar de la violencia del golpe. Con 21 años recién cumplidos, episodios así curten al protagonista y, de paso, nos recuerdan que debajo del casco hay personas y no autómatas, como piensan algunos ignorantes con intereses en el deporte.

Si todo lo anterior fuera poco, el accidente y el inmediato resurgir de Carlos le han dado una vasta repercusión mediática en un momento idóneo. Verstappen fue protagonista en Singapur por desacato a las órdenes de equipo, y Sainz lo fue en Rusia por no tirar nunca la toalla y apretar los dientes incluso después de saber que sus frenos se habían agotado antes que él: tuvo que salirse dos veces de pista y romper el alerón trasero para decidirse al inevitable abandono. Esto le ha brindado titulares internacionales como "Sainz, el indestructible", "el Matador que no se rinde" y otros similares. Carlos insistió el jueves previo a la acción en Sochi en sus cualidades como hombre de equipo, por encima de un egoísmo que sólo usará cuando sea necesario. Ahora también sabemos de su valentía y pundonor, rasgos que esculpen un perfil cada vez más público y reconocido, dentro y fuera de España.

Porque en la Fórmula 1, como en la canción de autor, los gestos y la letra, la actitud, son tan importantes como la música. Y en 15 carreras, Carlos ha recitado mucho en sus peleas con el superdotado Verstappen. "Es una verdadera pena", dijo al final de su atropellado periplo ruso, pero se equivocaba: fue maravilloso que, justo cuando Fernando Alonso cumplía 250 Grandes Premios, otro piloto español estrenara así su propio cancionero.

"Un 'piñazo' que acabó aumentando el caché de Carlos Sainz en la Fórmula 1"

El fin de semana pasado volvió a recordar qué tipo de deporte es la F1, su peligrosidad y las bondades que permiten a un piloto pasar del hospital a casi completar una gesta (ver vídeo a continuación)

El pasado fin de semana en el GP de Rusia se vio al mejor Carlos Sainz del año el domingo, y la peor imagen que se puede tener de él un día antes, cuando posaba en una camilla con destino al hospital. El piloto español pasó de la camilla al monoplaza en unas horas y de tener su presencia en duda a realizar una de sus mejores actuaciones sobre el asfalto. Su episodio recuerda la peligrosidad de la F1 al tiempo que habla de la evolución en términos de seguridad de la competición como se recuerda en este análisis en forma de vídeo al inicio de la noticia.

Vía Cdthef1.com, Elconfidencial.com,YouTube.com

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