Lo peor no es que los coches se muestren difíciles de manejar, sino que está comenzando a pasar factura física a sus tripulantes
Fue una verdadera sorpresa. Los primeros en darse cuenta, durante los test de pretemporada, fueron los fotógrafos apostados al final de la recta del circuito de Montmeló. Los monoplazas parecían botar durante las frenadas. Se podía ver a simple vista cómo se agitaban los cascos de los pilotos de Fórmula 1 justo cuando iban a la mayor velocidad en cada vuelta. El primer sospechoso fue el asfalto catalán, pero una vez comprobada su excelente calidad, las miradas se volvieron hacia los coches. Continue reading »