El español, ingeniero de pista del holandés ya se ha despedido del equipo, que considera que se rebeló contra las órdenes establecidas, al igual que el propio Max
Pujolar, ingeniero de pista de Max y Daniil Kvyat, han sido los primeros en pagar el pato de las exigencias y el contrato de Verstappen, que explotaron durante el pasado fin de semana en el Gran Premio de Rusia.
Toro Rosso le ha apartado de los viajes, por lo que no será ingeniero de Max en Red Bull ni de Kvyat ahora en Toro Rosso, y el catalán ya se ha despedido del equipo, aunque se desconoce si saldrá de la empresa o continuará en otro cargo.
Como hace siempre, Red Bull marca la pauta en la estrategia de sus dos coches, pero suele incluir indicaciones a sus satélites de Toro Rosso, a través de su asesor Helmut Marko. Sobre todo al respecto de que no se estorben y que den preferencia en pista a los coches del equipo grande. En la pasada calificación del Gran Premio de Rusia, la sugerencia a Verstappen para no estorbar a los mayores incluso en la calificación fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del holandés y su clan.
Al parecer a Max le entró por un oído y le salió por el otro, calificó lo mejor que pudo y en carrera, como siempre, fue a su ritmo sin mirar con quién peleaba. Al terminar la carrera, en las reuniones y rifirrafes posteriores, Max y Jos, su padre, 'recordaron' a sus mentores que son pasto de mil ofertas y que, o saltaban a Red Bull, o el año que viene eran agentes libres e incluso antes podían buscar una salida a un gran equipo.
El órdago lo ganó el piloto, pero lo perdió Pujolar y previsiblemente también el ingeniero de datos del holandés, Olivier Helvig.
Vía Marca.com
Que sigan desperdician talentos, que asi les ira en el futuro. Los de RBR se creen que por haber ganado unos titulos les va a ir igual de bien en el futuro, que se lo pregunten a Ferrari como le esta yendo desde el 2005.
Lo sigo diciendo, ser español en la fórmula uno es un lastre…Saludos, amigo-