Show de Verstappen, podio de Renault, triunfo de Hamilton y Carlos Sainz remonta al 7º
Y vaya tarde de Verstappen, que le sucedió de todo y lo hizo casi siempre bien. Enorme salida para adelantar a Hamilton y plantarse segundo, por detrás de Bottas, para presionarle hasta la extenuación. Entre ellos dos se peleaban por la victoria con un leve defecto aerodinámico en el coche del finlandés y los dos se copiaron la estrategia, dejando sólo a Hamilton por delante. El británico optó por su plan favorito: esperar a que pase algo y parar el último. Le salió bien, Ocon paró el Renault en el arcén cuando se averió, se decretó el coche de seguridad virtual y el británico se aprovechó de esa especie de Estado de Alarma: perdió menos tiempo al cambiar neumáticos porque fuera del pit lane se va más lento. Salió líder.
Pero siguió Mad Max presionando a Valtteri, forzando sus errores constantes, hasta que le cazó en la recta torcida de Ímola apurando hasta los límites más insospechados la frenada. El heredero de Villeneuve, en estado puro, adelantó a los dos Mercedes en la pista en la misma carrera, como si eso fuera tan fácil. Iba camino de la gesta Verstappen, puerta grande o enfermería, pero esta vez le tocaba lo segundo: reventó su neumático trasero derecho en una frenada, sin aviso, y el Red Bull se fue violentamente a la grava en un escalofriante accidente. No le paso nada, se bajó y dio una patada a la rueda que le falló, que no estuvo a su altura. Nadie lo estuvo en Ímola.
Salió el ‘safety car’ para limpiar el estropicio (y se chocó Russell contra los muros, él solo, así que se alargó la caravana). Sólo quedaron cinco vueltas de pura competición y como Bottas patinó en la arrancada, Hamilton no tuvo ninguna oposición, otra victoria más para estirar el récord. Tras él y el finlandés sólo faltaron navajas en lo que pareció más una persecución callejera que una carrera de automovilismo.
Ricciardo logró el segundo podio de la temporada
Competían Ricciardo, Leclerc y Albon, con neumáticos gastadísimos, contra Kvyat, Pérez, Sainz y Norris, quienes montaron gomas blandas para intentarlo. Checo fue el más agresivo y cuando pasó al tailandés, este hizo un trompo. Por milímetros, Sainz pudo evitarlo con su McLaren, aunque el hueco que se abría hacía imposible soñar con el podio. Por delante, sólo Kvyat se acercó en serio con el Alpha Tauri al top-3. Pero ahí estaba Ricciardo, con el Renault, listo para defender lo que era suyo y gestionando una ventaja más que suficiente.
Segundo cajón de la temporada para el coche francés al que se subirá Alonso en 2020. No está nada mal. Tras él, el ruso, Leclerc, Pérez, Sainz y Norris. El madrileño fue séptimo con el McLaren, adelantó a su compañero al poco de empezar pero no hubo muchas más posibilidades en un circuito que permite pocas maniobras. Raikkonen y Giovinazzi completaron los puntos para Alfa Romeo en casa, y eso tiene mucho mérito. La F1 estuvo a la altura de Ímola.
Vía As.com
Estas son las carreras que le gustan a la gente, que pase de todo y en el momento mas imprevisto.
Que gane Hamilton ya aburre, pero teniendo en cuenta que a los Mercedes no les miran las trampas que hagan, ya que no es lógico que les saquen 2 segundos al resto por vuelta.