La regresión de Ferrari en las dos últimas pruebas ha acentuado la presión más si cabe en Maranello, y se llega a Canadá con la amenaza de un Red Bull en progresión
Ferrari está con el cuello el próximo fin de semana en el impresionante río San Lorenzo que rodea la Isla de Notre Dame. “Ferrari es la decepción de la temporada”, sentenciaba recientemente el australiano Mark Webber. Tras sus últimos resultados, el equipo italiano necesita como nunca un éxito en el GP de Canadá.Pero Red Bull amenaza con acabar ahogando al equipo italiano.
“No tenemos espacio para respirar en este campeonato” confesaba esta semanaToto Wolff, “mantener cualquier ventaja es una lucha constante, y la presión no hace más que crecer”. Incluso desde Mercedes se reconoce ahora la creciente rivalidad en la cúspide de la Fórmula 1, y hasta Red Bull podría volver a plantar cara al equipo alemán.
¿La barbaridad de seis décimas?
“Renault hizo un gran trabajo y, obviamente, la ganancia de potencia este fin de semana ha sido de dos décimas aproximadamente”, admitía Christian Horner en relación a Mónaco, “así que esto se traducirá en algo más cuando lleguemos a circuitos como Montreal o Azerbaijan, fue un paso positivo sin el que no hubiéramos logrado la pole”.
En términos de progresión, ganar dos décimas en solo una carrera supone un salto monumental. En un trazado como Montreal, desde Red Bull se apunta a que podría alcanzar las seis décimas, algo pocas veces visto y quizás la mayor evolución en un solo paso desde la entrada en vigor de la tecnología híbrida en 2014.
Recordando el rendimiento del RB12 en Montmeló y Mónaco, semejante ‘chute’ en el trazado canadiense puede resultar letal. El cóctel de largas rectas y rápidas chicanes se antoja como agua para el pato del monoplaza austríaco, cuyos ingenieros contarían además con mayor margen de maniobra aerodinámica jugando con tales dosis de potencia adicional.
Ferrari, y los sábados al sol
¿Y dónde puede quedar Ferrari? Toda una incógnita, especialmente ante el desconcertante rendimiento del SF16-H en el Q3 de Montmeló y Mónaco, que tanto penaliza posteriormente su rendimiento en carrera. Porque en Maranello siguen convencidos de contar con un monoplaza ganador cuyo potencial no se ha explotado totalmente por diferentes circunstancias.
“No quiero buscar excusas”, explicaba Arrivabene tras el último gran premio, “pagamos el precio en carrera (por el resultado del sábado) y acepto la lección, necesitamos entender cuál es el problema”, en referencia a la incapacidad para sacar jugo al neumático en los momentos clave, y que trae de cabeza a sus técnicos. Aun resuena el mensaje de impotencia y desesperación de Vettel por la radio en el Q3 monegasco. Había logrado un tiempo en el Q1 que ni siquiera pudo ser igualado al final de la sesión.
La cruda realidad es que Ferrari se crucifica los sábados desde hace varias temporadas. Esta tampoco es excepción. Porque medio segundo -nada menos- ha sido la diferencia mínima en 2016 respecto al mejor tiempo de parrilla (Bahrain y China). Desde entonces, el Sf16-H se ha desplomado. Siete décimas en Sochi, algo más de un segundo en Montmeló y otras nueve en Mónaco, esta vez respecto a Red Bull. Imaginemos por un momento las conversaciones entre Sergio Marchionne y Mauricio Arrivabene en estas últimas fechas.
A exprimir el motor en Montreal
De aquí la urgencia del responsable de Ferrari para anunciar angustiosamente ya en Mónaco las evoluciones para Canadá. Ferrari introducirá en Montreal una nueva evolución del turbo que permitiría explotar la máxima potencia de un propulsor ‘capado’ tras los problemas de fiabilidad sufridos durante la pretemporada, Australia y Malasia. Por otro lado, también se modificará la suspensión trasera para mejorar el rendimiento de los neumáticos en los entrenamientos.
Con su eficacia en trazados tan diferentes como Montmeló y Mónaco, con su magnífica tracción (crucial en Montreal) y enorme superioridad en agua (como se vió en Mónaco), de confirmarse esas seis décimas del motor francés incluso Mercedes puede llevarse alguna sorpresa (ojo a los frenos). ¿Y Ferrari? En regresión, segundo en la clasificación con solo nueve puntos por delante de Red Bull, sin victorias a estas alturas… Solo faltaría terminar ahogado en el río San Lorenzo este fin de semana arrastrado al fondo por la piedra al tobillo del equipo austríaco.
“Si posicionas tu coche más arriba en la parrilla, tienes un domingo más fácil”. La obviedad de Sebastian Vettel supone recuperar en el Gilles Villeneuve entre medio y un segundo el sábado. De una tacada. Se antoja una tarea tan cruda como cruzar a nado ese espléndido río San Lorenzo en torno al circuito canadiense.Pero nada mejor para el campeonato que Ferrari consiguiera semejante proeza.
Vía Elconfidencial.com
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