Esteban Ocon

Si hay una palabra que domina la carrera de Esteban Ocon es ‘sacrificio’.

Cuando él era solo un karter prometedor, los padres de Ocon vendieron su casa, suspendieron sus trabajos y comenzaron una vida en la carretera, viviendo en una caravana y viajando de circuito en circuito para apoyar la floreciente carrera de su hijo.

Sacrificio, verás, pero funcionó. 2014 vio a Ocon abrirse camino en el mundo de los monoplazas, cuando venció a un tal Max Verstappen por el título europeo de F3. Respaldado por Mercedes, ganó el título de GP3 al año siguiente y estaba en la mitad de una temporada de DTM en 2016 cuando se le ofreció la oportunidad de reemplazar a Rio Haryanto en el equipo minnow Manor desde el Gran Premio de Bélgica en adelante.

Esa oportunidad lo llevó a un asiento de tiempo completo al año siguiente con Force India, donde sus duelos rueda a rueda con su compañero de equipo Sergio Pérez rápidamente lo marcaron como una estrella en ascenso. Pero cuando Lawrence Stroll, padre del corredor Lance, intervino a mediados de 2018 para asegurar el futuro financiero del equipo, la escritura estaba en la pared para Ocon, quien fue apartado a fin de año para permitir que Stroll Jnr se uniera desde Williams.

Sin embargo, Ocon esperó su momento y después de un año al margen como piloto de reserva de Mercedes, encontró su camino de regreso a un asiento de carrera para 2020 con Renault, que se convirtió en Alpine para 2021, cuando su espera finalmente valió la pena, ya que anotó su primera victoria en F1 y la de la famosa marca francesa.

Nada en la carrera de automovilismo de Ocon ha sido fácil, pero si Ocon ha logrado regresar a la parrilla de F1 y subir al podio, es a través de una combinación de confianza en sí mismo, determinación y un talento que está a la altura de los mejores.