Fernando Alonso ya tiene parroquia en Woking
A Fernando siempre le ha gustado crear un vínculo especial con sus ingenieros más próximos y con estos suelen conectar a la perfección. Su primer técnico de pista en Renault, hoy con un alto cargo en el organigrama de Red Bull, Paul Monagham, sigue siendo un amigo personal y queda con él a menudo fuera del circuito. Tanto ocurre con gente de Ferrari, como Maximo Rivola, mánager de Ferrari, al que conoció en sus días de Minardi. O con Andrea Stella, que no ha dudado en seguirle a McLaren después de toda su vida en Maranello.
No es cierto que el ambiente en torno a él sea irrespirable y eso lo saben muy bien sus compañeros en Ferrari, con los que sigue quedando a montar en bicicleta o a cenar a menudo. Otra cosa es que a los altos responsables de la marca les cante las cuarenta cuando cree que las cosas no van bien y siempre con el objetivo de la mejora a la vista. Esa implicación que un Kimi, por ejemplo, no ha tenido ni un solo día de su vida en el trabajo
Volviendo a McLaren, Fernando ya encuentra parroquia. El sábado en Shanghái, tras la calificación en la que dio las dos primeras vueltas del día en la sesión definitiva, por la avería de la mañana, el asturiano quedó muy sorprendido. Al entrar a la reunión técnica, sus ingenieros rompieron espontáneamente en un aplauso. El piloto no sabía muy bien a qué se debía la celebración o si era una broma. Le sacaron de dudas al decirle que nadie se creía que, sin un solo reglaje y a ciegas, hubiera podido quedarse a milésimas de Jenson Button.
Con cierta vergüenza, Fernando luego pensaba la diferencia con el año pasado en Ferrari, donde pese a conseguir dos podios y a batir continuamente a otro campeón del mundo como Raikkonen, de forma abrumadora y el ambiente era fúnebre y con exigencias absurdas por parte de Marco Mattiacci, que nunca le reconoció nada.
Boullier comentaba ayer: "Es verdad que siempre hace falta un tiempo para encajar las piezas y crear buen ambiente, pero me sorprende que en el caso de Fernando sea tan rápido. En ese sentido es muy positivo para el trabajo que tenemos por delante", dice el galo. El ogro del que se dice que es imposible trabajar a su lado no es tal. Incluso ayer ante de la carrera, Fernando volvía a coincidir con un hombre de Ferrari y bromeaba con él a carcajadas. Ese es todo el mal ambiente del que se habla.
Vía Marca.com