• sáb. Abr 20th, 2024

Cámara subjetiva: La fuerza del Destino, con dos GP por delante, diez puntos de ventaja no garantizan nada

Abu Dhabi nos volvió a enseñar la cara caótica de las carreras. La fortuna, los nervios o una maniobra certera pueden anular meses en el túnel de viento. Cuando se acerca el final de un Mundial de F1 tan reñido como el de 2012, es imposible no recurrir a la estadística y ponerse a recrear, clasificación en mano, qué escenarios le darían la victoria a cada candidato. En este caso, dos victorias de Fernando Alonso le darían automáticamente el título, mientras que si Vettel ganase en Estados Unidos con Alonso segundo, al de Red Bull le bastaría con ser sexto en Brasil con independencia del resultado de Fernando.

Pero aunque nos convirtamos en maestros de la combinatoria, no servirá para prever la magia de las carreras, la que desposeyó al mismo Alonso del título de 2010 cuando llegó al último Gran Premio con, atención, 15 puntos de ventaja sobre Vettel. Algo similar pasó con Räikkönen en 2007, o con Prost en 1986… todos ganaron con menos probabilidades matemáticas que sus rivales.

Así pues, mejor plantearemos algunos de los muchos factores que podrían cambiar el rumbo de este Mundial pese a que Vettel tiene diez puntos de ventaja en la general y un coche superior, a priori, al de sus rivales. El primero son los nervios, que se respiran en el paddock y en cada frase de pilotos y equipos. No se explica de otra forma que el coche de Vettel fuese corto de gasolina en la Q3 de Abu Dhabi, o que el verborreico alemán se estrellase contra el cartel de activación del DRS… ¡con la carrera neutralizada! En este sentido, Fernando ha demostrado una maestría ejemplar y una sangre fría en pista que sólo ha tomado temperatura fuera del coche, en un pequeño rifirrafe con la prensa italiana.

El mérito del asturiano en esta situación alcanza tintes épicos si consideramos que su coche es inferior al de Vettel: Alonso se crece ante la adversidad y mantiene la fe en el equipo –aunque inyecte presión a los técnicos–. Y ahí encontramos el segundo factor de cambio: Ferrari aún podría mejorar su F2012 para acercarse a la escudería del toro. La gesta técnica parece poco probable, pero si consideramos que equipos como McLaren han logrado cambiar de blanco a negro en apenas dos semanas, tampoco hay que darlo por imposible.

Además, la Scuderia es muy hábil en circuitos nuevos, y lo prueban sus victorias en seis de los diez últimos escenarios que se han estrenado en el Mundial… pues bien, el próximo es Austin. Y si fallan, siempre les quedará la baza de la fiabilidad, de cuya importancia capital pueden dar fe Lewis Hamilton y su cero en la casilla de Yas Marina, que no pudo remediar la velocidad del MP4-27.

EL AZAR, CAJÓN DE SASTRE
La llamada 'suerte del campeón' también tiene un papel reconocido en los finales de infarto: un safety car a tiempo o una oportuna melé puede poner la carrera patas arriba para beneficio del afortunado del día, como también le ocurrió a Vettel en la ejemplar carrera de Abu Dhabi. Es imposible prever qué circunstancias beneficiarán a cada piloto, pero sí podemos vaticinar que otro componente azarístico, como el tiempo meteorológico, beneficiaría a Fernando Alonso si hace acto de presencia en alguna de las carreras restantes. El Ferrari es hábil bajo el agua, como vimos en Malasia, Gran Bretaña y Alemania, y el chaparrón resulta especialmente probable en el GP de Brasil, el último del año.

En definitiva, el trabajo denodado de los equipos y los pilotos, sus decisiones, aciertos y errores han escrito páginas doradas en la historia del automovilismo, pero no bastan para crear campeones. "La fuerza del destino nos hizo repetir", dice la canción. Veremos con quién se alinea el caprichoso destino para repetir título mundial por tercera vez.

FERRARI: ESPERANZA Y AGONÍA
Sería injusto decir que el Ferrari es un coche lento, o que no progresa. Fernando Alonso ha terminado segundo en India y Abu Dhabi y no sólo por su impecable conducción, sino por sus acertadas tácticas de carrera y por un coche entre los tres mejores. El problema es que su evolución no basta para luchar por las victorias, y ahora sólo sirven los triunfos para ganar el Mundial. Las actualizaciones de Yas Marina sólo le dieron unas centésimas por vuelta al F2012 cuando Alonso necesita más de dos décimas para poder desafiar de cerca a los Red Bull.

¿Se puede dar ese salto prestacional? Si nos fijamos en McLaren es fácil concluir que sí: Hamilton volvió a la pole en Abu Dhabi después de tres Grandes Premios en el purgatorio, y hubiera podido ganar la carrera con una pizca de fiabilidad. El caso de Lotus es aún más ilustrativo, ya que unos nuevos escapes Coanda bien configurados han dado la victoria a Kimi Räikkönen cuando parecía que Lotus había perdido el tren de los grandes. En teoría, a Ferrari no le falta nada para encontrar ese plus que va más allá de los desarrollos específicos para cada circuito y que no hemos visto desde el GP de España. Si fallan, alguien en la cúpula técnica tendría que preocuparse por su falta de reacción y creatividad.

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