El asturiano pilotará mañana por primera vez en Barcelona el nuevo coche que se presentó ayer, 366 días después de aquel accidente que inicio su peor año
Y quizá fuera eso, el aire con el que empezó todo, pero lo cierto es que aquel fue el inicio del peor año deportivamente hablando de un deportista de leyenda, uno de los más grandes de siempre. Una temporada con ocho abandonos, un quinto puesto como mejor resultado y el decimoséptimo puesto final en la clasificación con un coche que se rompía y además no era competitivo. Utilicemos mejor esta elegante forma de describir la realidad. Mejor. Un año de test, repetía como un mantra el piloto asturiano. Todo eso termina mañana. Ya quedó en el olvido, o mejor aún en un lugar recóndito del recuerdo.
Porque será mañana cuando Alonso se vuelva a montar a un McLaren Honda en el circuito de Barcelona, un año y un día después de aquel accidente, un año y un día que debe ser el comienzo de otra época, una mucho mejor, la del regreso a la normalidad.
Porque estamos hablando de un piloto acostumbrado a luchar por la victoria, esa palabra que le hace vivir y le sube al coche para jugarse la vida en cada carrera. Lo cierto es que no será fácil ver a Fernando peleando por ganar, pero todo debe ser distinto. El coche que se presentó ayer en una jugada de marketing que se estudiará en los masters del ramo, tiene otra pinta, está mucho más trabajado en aerodinámica, tiene un morro revolucionario, conserva el concepto de tamaño Zero y sobre todo tiene una unidad de potencia Honda que, en su segundo año, debe ofrecer un salto de gigante en rendimiento. ¿Que puede suponer eso?
Veremos… De momento las declaraciones de los protagonistas son mucho más cautas que el año pasado, lo que hace pensar en que aún les queda mucho trabajo por delante, todos hablan de ganar, verbo que no se despega de McLaren y Alonso a pesar de todo, pero no ponen fecha, ni lugar y admiten que deben caminar antes de correr. Boullier, dixit. Alonso está esperanzado, tiene otro color de piel, recuperó la sonrisa y mantiene intacto el coraje y el talento. Ahora falta que cambie la suerte, o como se llame eso que habla de ciclos vitales. Y empiece otra cosa. Mejor. Un año y un día después.
Vía As.com