Fernando Alonso estalla dentro del coche pero fuera mantiene silencio ante un podio perdido / Vídeo

El asturiano se ha dejado un rosario de puntos este año por averías mecánicas y erróneas decisiones tácticas

Es difícil no simpatizar con Fernando cuando estalla por la radio ante el nuevo fallo mecánico de su Alpine y la dudosa dirección desde los boxes de su equipo. Así es imposible brillar. Dentro del coche se le ve la fustración, se le escucha hablar con su equipo protestando, luego baja e intenta ser lo más correcto politicamente hablando, porque este hombre vale más por lo que calla que por lo que habla.

Fernando Alonso se despertó a las ocho de la mañana del domingo en su céntrico hotel en Montreal con la sonrisa de las grandes ocasiones. Estaba deseando competir después de dar una descomunal lección de clase bajo la lluvia la víspera. Fue el sábado en el que los gritos con su nombre enmudecieron a los seguidores de Verstappen. Si Max no pilota un Red Bull, él habría hecho la pole con un Alpine, el cuarto coche de la parrilla en el Gilles Villeneuve. El mundo entero se rendía a su actuación.

Fernando planeó ir a por el podio

La palabra podio no se decía en público ni en privado para no gafarlo, pero el plan era subir al cajón. El objetivo inicial, dedicarse a controlar a Hamilton. Y lo estaba manteniendo detrás en ritmo sin problemas. Llegó el primer coche de seguridad virtual y Verstappen se deshizo de las ruedas medias, aquejadas de graining. El Alpine de Fernando sufría igual, pero en su muro decidieron seguir «con lo que dice el ordenador», como me contaba Fernando después de otra dudosa táctica en Melbourne. Hamilton siguió a Red Bull. Gol por la escuadra de Mercedes al equipo francés. Arriesgado, pero rentable. Para ganar hay que ser reactivo y más en una F-1 en la que se están haciendo estrategias sobre tandas de viernes de sólo seis vueltas.

En la vuelta 19 la mala suerte se cebó con Alonso. Quitaron el VSC cuando iba a entrar. Segundo error del muro, métete aunque ya no saques ventaja porque, sencillamente, no llevas ruedas. No sé si fue porque el motor empezara a fallar, pero menos explicación aún tienen las ocho vueltas siguientes en las que se mantuvo en pista. Se dejó un segundo y medio en cada paso por meta con el inglés de Mercedes, doce en total. Adiós a las opciones del podio y, además, regresó de boxes séptimo detrás de Ocon, al que sí le dio tiempo a parar con el segundo ‘Virtual’.

Pidió paso y no le dejaron pasar

Apareció la fuga de aire en el motor, el fallo que le dejaba sin MGU-K a mitad de las rectas. Ocho décimas por vuelta. «Otra avería en el motor del #14 es algo que duele», decía compungido Fernando después de la carrera. Ni siquiera se apiadaron de él en el muro cuando pidió pasar a Ocon para no sufrir con Bottas: «Voy cien veces más rápido que Esteban con el motor tocado»…

El resultado fue que del sexto y séptimo asegurados, con Esteban dándole DRS, pasaron al sexto y noveno final. Más fácil se habría defendido el piloto francés de Valtteri, pero Alpine lo justificó diciendo que, en la operación, el compañero de Fernando podía ser adelantado.

Esta última decisión puede entenderse como equipo, pero lo que no puede volver a repetirse es el rosario de averías y errores tácticos de este año. Perdió un sexto en Jeddah por la rotura de la bomba de agua, un top3 en calificación en Melbourne por una avería hidraúlica y se quedó en la Q1 de Barcelona por un malentendido con el muro.

Del golpe de Melbourne aún le duelen las manos. Tiene los tendones tocados. Especialmente la izquierda, que no curará hasta que se vaya de vacaciones a final de año. Con la derecha acabó la carrera golpeando el volante con furia. Un piloto así no se merece esto.

Normal que reaccione así, después de la proeza viene la cruda realidad y un equipo que no está por la labor….Haré como el propio @alo_oficial silencio… https://t.co/eYq5rFjPDu

— f1enestadopuro.com (@f1enestadopuro) June 20, 2022

Vía Marca.com