El madrileño ya se ha mojado en champán como piloto de las tres grandes escuderías, de McLaren, de Ferrari y de Williams igualando nada menos que a Alain Prost
Puro Carlos Sainz. Es un año repleto de adversidades, de malos resultados que se acumulaban como ganchos en la boca del estómago, y se extiende el inevitable periodo de duelo tras salir por el arco de Maranello. Además Albon amortizaba a lo grande las escasas cualidades del Williams. Pero el español nunca perdió la cara a la temporada y se refugió en lo único que funcionaba: su velocidad cuando subía al coche. Ha sido rápido desde el primer día en el FW47, hasta ahora sin premio, pero en el GP de Azerbaiyán recogió de golpe todo lo que otras veces salió mal. Partió segundo tras una clasificación ejemplar y se defendió con solvencia a la estela de un Verstappen inalcanzable. El temor por detrás eran los Mercedes, con estrategias contrapuestas y mucho ritmo, por eso Russell se permitió retrasar al máximo su parada en boxes para ganar la plaza a Carlos. El tercero, aun así, no tiene nada de amargo: Sainz consiguió el podio 314 de Williams en la F1 y el primero desde Bélgica 2021, precisamente de Russell.
El caos del sábado, con seis banderas rojas en clasificación, dio paso a un domingo fluido a pesar del fortísimo viento en las orillas del Caspio. En la salida no hubo nada que ver delante, pero sí detrás: Piastri se la saltó y también Alonso, arrastrado por el impulso del McLaren. Pero el líder del Mundial obró aún peor, hizo saltar el sistema anticalado del coche y vio cómo caía hasta la última posición. No le dio tiempo siquiera a entrar en pánico, porque al llegar a la curva seis apuró en exceso por el exterior, chocó y abandonó. Avivó la lucha por el título.

A partir de ahí, se abrieron los huecos. Max se marchó en otro domingo procesionario como el de Monza. Si Red Bull hubiera dado con la tecla antes… y Carlos se estableció tras el campeón con un margen constante sobre los que le perseguían. Lawson contuvo a los Mercedes hasta la primera parada, saltaron chispas entre Antonelli y Russell con un adelantamiento un tanto agresivo del italiano en la resalida. Adelantaron la parada de Kimi y dejaron en pista a George, jugaron las dos bazas en busca del doble podio. El ritmo del Williams era impecable y la estrategia, lógica. Carlos paró en la vuelta 28 con margen sobre el intento de ‘undercut’ del italiano. Pero George retrasó y retrasó, había salido con gomas duras y podía permitírselo. Paro tan tarde como Verstappen y salió delante de Sainz y con mejores gomas. El pulso por la segunda plaza lo ganó el coche más grande.
Norris no aprovecha el fallo de Piastri
Tras ese grupo que peleaba por los puestos de honor, con Lawson y Tsunoda al frente, Norris no supo deshacerse de rivales incómodos y apenas pudo sacar provecho del error de Piastri con un séptimo puesto (seis puntos). Leclerc adelantó al inicio al McLaren y condenó a Lando a una carrera de atascos emparedado entre los dos Ferrari, que a la hora de la verdad no tuvieron tanto ritmo. Hadjar cerró los puntos y marcó la frontera entre los coches fuertes en recta y los que penaron todo el fin de semana. Entre ellos Alonso, 15º en meta tras cumplir cinco segundos de sanción por el error en la salida. Y aun así, delante de su compañero o de los dos Alpine.
Verstappen cruzó la meta con 15 segundos sobre Russell 18 con respecto a Sainz. Los tres, a su manera, tenían mucho que celebrar. Carlos vuelve a descorchar champán en una temporada que hasta hace unas horas era para olvidar. El inglés pone presión sobre la mesa de negociación de Toto Wolff, porque aún no tiene firmada su renovación con Mercedes. Y Max… encadena dos victorias seguidas que confirman el regreso del mejor Red Bull, porque del holandés nadie dudó jamás, y se sitúa a 69 puntos de Piastri y 44 de Norris. Con 199 aún en juego. ¿Y si…?
Vía As.com