Pese y la gran carrera de Robinson y McLaughlin, Gomez ha cumplido el trámite y ya es campeón
Después de quedarse clavado en la carrera de ayer, el brasileño Gabriel Gomez se ha proclamado campeón esta mañana tras firmar una quinta posición en una carrera caótica, marcada por una lluvia que amenazó durante toda la sesión.
Leo Robinson partió desde la pole y logró mantener el liderato de principio a fin. Aunque no llovió durante la carrera, el agua acumulada durante la noche y la madrugada seguía presente en la pista, obligando a todos los pilotos a montar neumáticos de lluvia. Sin embargo, algunos atrevidos optaron por slicks en la vuelta de posicionamiento.
El Safety Car no tardó en aparecer después de que Ginevra Panzeri quedara atrapada en la grava. Justo cuando se preparaba para retirarse, tuvo que volver a encender las luces debido a un nuevo incidente, esta vez con Kabir Anurag, protegido de Alpine, que también quedó varado en la grava.
Cuando la carrera se reanudó, Robinson mantuvo el liderato, seguido de Fionn McLaughlin, que contenía los ataques de Bart Harrison. Mientras tanto, Gabriel Gomez y Thomas Bearman protagonizaron una intensa lucha por la octava posición, aunque ese puesto aún no le aseguraba el título al brasileño.
El siguiente incidente fue provocado por Maksimilian Popov, de Van Amersfoort, lo que ocasionó un nuevo Safety Car. Este periodo permitió a Gomez ganar una posición más, quedándose a solo un puesto de asegurar el campeonato. Finalmente, logró la ansiada sexta plaza tras la salida de pista de Bearman y, con ello, escaló hasta la quinta posición, sellando el título.
El último Safety Car dejó solo dos vueltas finales, pero las posiciones se mantuvieron inalteradas. Robinson cruzó la meta primero, reeditando su victoria del día anterior, con McLaughlin en segunda posición y Harrison completando el podio con su Jenzer Motorsport.
Al terminar la carrera, Gomez aseguraba que se había quitado «un peso de encima» y ahora buscará repetir su triunfo en la F4 italiana.
