• dom. May 19th, 2024

Cuando un error de los comisarios es puntual, nada hay que objetar. Cuando el error es recurrente y va siempre en la misma dirección, no piensen en casualidades. Estas no existen

Me parece muy interesante y cuanto menos cierto esta reflexión y este articulo hecho por Pablo de Villota para el Confidencial. Alguien que sabe muy bien de lo que habla y que es merecedor, como mínimo de que lo compartamos con nuestros lectores, amén de que en breve haremos un artículo propio con nuestra opinión al respecto, pero que añadiremos algunas ideas más de todo lo que está pasando esta temporada con esta fórmula 1, y que empieza a no gustar mucho.

En una de sus siempre elocuentes sentencias, Bernie Ecclestone decía que cuando algo no se entendiera en la vida en general, pero sobre todo en la Fórmula 1 en particular, había que tirar de tres hilos: dinero, sexo o poder. En este caso, es la tercera. La guerra de poder en la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) emerge cada vez como la más clara señal detrás del cúmulo de sanciones que tienen como destino sospechosamente habitual los pilotos españoles. La absurda sanción a Carlos Sainz por la que perdió el cuarto puesto y le pusieron un punto en su licencia es el último ejemplo del despropósito.

Sainz, a diferencia de Fernando Alonso, no quiso hablar de nacionalidades de pilotos concretas, sino de inconsistencias en las decisiones de los comisarios. Pero en el fondo ambos vienen a decir lo mismo: la desconcertante doble vara con la que se miden sus acciones respecto al resto de pilotos. Siempre hay quien quiere ser más papista que el papa y justifica las sanciones como correctas alegando un simple fanatismo hacia los pilotos de casa. Se equivocan. Lo que se denuncia es que si se sancionó a Sainz por perjudicar a Piastri, exactamente la misma sanción tendría que haberle caído a Piastri por su maniobra frente a Sainz unas vueltas antes. Y así con todas las sanciones. No es conspiranoia, solo sentido común.

Pero luego hay un asunto más grave aún. Junto a la clamorosa falta de criterio único, están los argumentos utilizados por los comisarios para justificar las sanciones a los pilotos españoles. Si tienen ocasión de leer el texto por el que sancionaron a Fernando Alonso en el Gran Premio de Australia, comprobarán que, desde un punto de vista jurídico, no tiene ni pies ni cabeza. Cuando hay inconsistencia e incompetencia apuntando siempre a la misma dirección, no cabe otra cosa que preguntarse que puede haber detrás de la persecución selectiva.

La erótica del poder

No descubrimos nada acerca de lo turbio que resulta en ocasiones el mundo federativo y las artimañas para ascender al poder o para conservarlo. La presidencia de la FIA es un caramelo demasiado goloso para muchos, porque no solo hablamos de una de las industrias más poderosas del planeta, sino de la gestión de la Fórmula 1, que no tiene rival en la generación de dinero a nivel global. El lobby francobritánico siempre ha hecho y deshecho en la institución, pero algo importante cambió en 2021.

Contra todo pronóstico, Mohamed Ben Sulayem derrotó en las últimas elecciones al candidato oficialista, el británico Graham Stoker. Cuando se supieron los nombres del círculo de confianza del nuevo presidente, un país destacaba muy por encima del resto en las posiciones importantes: España. Como esos matones del parque que lo consideran suyo y no dejan jugar a los chicos que vienen nuevos, el sector que históricamente había dominado el automovilismo, aceptó de muy mal grado la derrota y desde el minuto uno, empezaron a torpedear al nuevo presidente. Empiecen a partir de aquí a tirar del hilo.

Las casualidades no existen y menos aún en Fórmula 1. Al igual que las sanciones, cuando se trata de un hecho aislado pueden considerarse como algo fortuito, cuando existe un patrón no hace falta más que conectar de donde vienen los ataques y el porqué de los mismos. Amortizado Graham Stoker, la mano que mece ahora la cuna de la facción rebelde es David Richards, como su cara más visible, y Jean Todt en la recámara. Quien crea que no quiere seguir manejando la institución, aunque sea a distancia, es que no le conoce.

Si no consiguen derrocar a Ben Sulayem antes de las próximas elecciones, cosa en la que se están empleando a fondo, el candidato que le presente batalla tendrá mucho que ver con lo que decida el expresidente francés. Habrá que ver si el candidato es el propio David Richards, Alejandro Agag o Alex Wurz, pero sea quien sea, será alguien que cuente con todo el apoyo y bendiciones de Todt y por supuesto del lobby francobritánico, que se resiste a dejar de manejar a su antojo el automovilismo como lo han hecho los 100 años anteriores. No es cuestión de nacionalidad, sino de poner a aquel que mejor proteja sus ancestrales privilegios.

No es asunto menor que la gran mayoría del cuerpo de oficiales existente en la FIA apoyaran en su día a Stoker y recibiera con mucho desagrado la llegada de Ben Sulayem. Ni queriendo puede explicarse un nivel tan pésimo de rigor en sus decisiones. Eso sí, si lo que se persigue es el descrédito de la propia FIA, no hay forma más rápida de dejar en evidencia a la institución y a su máximo rector. Observen que las quejas e indignación de los aficionados no apuntan nunca a individuales, sino siempre a la FIA. Blanco y en botella.

¿Quién puede entender que alguien filtre una investigación por trato de favor de Mohammed Ben Sulayem a Fernando Alonso y que luego quede en nada? ¿Cómo puede ser que se le haya cargado al actual presidente de la FIA el desaguisado de la final del mundial 2021 entre Max Verstappen y Lewis Hamilton, cuando este aún no había tomado ni posesión? La lista de decisiones incongruentes de los comisarios con dobles varas de medir es amplia, pero incluso concediendo el beneficio de la duda a los que ven nada raro en el asunto, la incompetencia de los oficiales de un tiempo a esta parte es manifiesta. Nada es casual, insistimos.

España jamás ha gozado de un nivel de representación y poder en la FIA como el actual. Cuando alguien asciende a un trono, el destronado va a torpedear con todas sus fuerzas a aquel que le ha quitado el puesto. Esto viene siendo así desde que el mundo es mundo y en España particularmente sabemos mucho de cómo funcionan este tipo de cosas del ‘quítate tú, que me pongo yo’. ¿Por un interés noble acaso? No, ejercicio del poder puro y duro. Qué mejor forma de castigar a aquellos que les han quitado el puesto que sacudirles donde más les duele, como es castigando a los pilotos de su país.

Fernando Alonso ya le conocemos que es poco dado a las sutilezas, pero cuando dispara con bala diciendo que los comisarios decidirán a favor o en contra dependiendo si eres español, no habla por hablar. Pero esto no se trata de un dilema entre aquellos que están a favor o en contra del argumento. De lo que se trata es de no quedarse en la anécdota e ir al fondo de la cuestión, que no es otra que el enésimo capítulo del acoso y derribo a la presidencia de Mohammed Ben Sulayem.

Como acertadamente destacó alguien tan poco sospechoso de fanatismo como es Joan Villadelprat, «Si la FIA sanciona hoy a Carlos tiene un problema con los españoles, si no lo hacen entonces solo tienen el problema con Fernando». La sanción incomprensible finalmente le cayó a Carlos y el patrón de la doble vara de medir con los pilotos españoles está a la vista para quien los quiera ver. Pero ya se sabe también, que a veces no hay más ciego que aquel que no quiere ver.

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2 comentarios en «¿Qué está pasando con esta Fórmula 1? Guerra abierta en la recámara de la FIA»
  1. Si tienen algo personal contra Fernando se podría hasta entender, porque Fernando siempre ha sido muy crítico con la FIA y todo lo que le rodea a esta, pero que le tengan tirria a una bandera o a un idioma se lo tienen que hacer mirar, porque quedan grandes pilotos, tanto españoles como hispanos que llegaran a la F1. Espero que cuando llegue Pepe Martí, Pato O’Ward o nuevos pilotos que vayan saliendo ya este todo esto solucionado, pero mucho lo dudo.

    1. Ya sabes amigo, la pela es la pela y aquí hay detrás muchos intereses, el poder corrompe y perderlo te lleva a hacer cosas insospechadas. Si has leído el gran trabajo de nuestro amigo Pablo, se ve que hay mucho detrás y lo que están haciendo es utilizar a los nuestros. En fin, veremos a ver como acaba esto, porque me da que solo ha hecho más que empezar. Saludos

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