Triunfo de un Hamilton implacable seguido de Verstappen, que resolvió la sanción con una salida de genio. El asturiano, tercero increíble con el Alpine
La salida fue agresiva. Verstappen resolvió en 200 metros, con una arrancada de genio, la sanción de cinco puestos en la parrilla que le habían endosado los comisarios. Sainz, Norris y Bottas fueron las víctimas. Alonso, delante, se defendió con fiereza de ‘Max’ en la entrada de la segunda curva y, por el exterior, tomó impulso y pasó a Gasly. Era segundo, por detrás de un Hamilton que se escapaba entonces y a quien nadie volvería a ver ya. Cuando se abrió la ventana del DRS, el neerlandés cazó sin problemas, primero a Gasly y luego a Alonso. Por detrás remontaban dos Miura, Checo y Valtteri, con monoplazas desbocados y fuera de sitio.
Entonces empezó otra carrera, la de los neumáticos: Losail inclinaba la estrategia hacia la doble parada pero algunos valientes podrían optar por lo contrario. Sin historia delante, porque la ventaja de Lewis sobre el Red Bull fue incontestable durante todo el fin de semana, la única posición en disputa era la tercera que ocupaba el Alpine del bicampeón asturiano. Su ritmo, en ese primer ‘stint’, fue alucinante. Las tandas largas no emocionan, son los adelantamientos los que hacen afición, y todas esas cosas. Pero su vuelta a vuelta en comparación con los Alpha Tauri, McLaren, Ferrari y compañía tan superiores al A521 en los últimos grandes premios, fue imposible de rebatir. Por eso aguantó la tercera posición hasta la vuelta 29, pasado el ecuador, cuando Pérez le alcanzó y le superó sin mucho esfuerzo.
Pero Checo iba a dos paradas. Los coches grandes habían adelantado su cambio de neumáticos al inicio y estaban comprometidos a volver a pasar por el pit-lane antes del final de la carrera. Y el mexicano, con mucho ritmo, lo hacía a 15 vueltas del final y se quedaba a unos 15 segundos del bicampeón español con varios obstáculos por el camino para cuajar una remontada factible: eran Ocon y Norris, dos tipos correosos en esta parrilla de jóvenes talentos. Fernando pidió por radio que Esteban se defendiera “como un león”. Hizo lo que pudo el galo, medio circuito agarrando al Red Bull, pero la ventaja mecánica era demasiado grande. Lando, ni eso: entró al garaje, dos paradas, y se conformó con un triste noveno detrás de Ocon, Stroll, Sainz y Leclerc. El Ferrari no fue.
A tres vueltas del final, ocho segundos separaban a Pérez y Alonso. No estaban locos quienes intentaron completar las 57 vueltas con dos juegos de gomas, pero los pinchazos recurrentes de Russell, Bottas y Latifi confirmaban que se trataba de una osadía. Con todo, Fernando sí tuvo un golpe de fortuna al final, esa que tantas veces le esquivó esta temporada: el Williams del canadiense se quedó mal apartado en mitad de una escapatoria y dirección de carrera decretó el coche de seguridad virtual para sacarlo de en medio. Durante dos vueltas, el Alpine y sus zapatos desgastados tuvieron un respiro. Al final la persecución se redujo a una última vuelta frenética, pero controlable: Alonso cruzó con casi tres segundos de renta sobre Checo, por detrás de un Hamilton a otro nivel y un Verstappen capaz de resolver cualquier problema. Dos campeones del mundo en el podio más valioso del año. Quizás, tres, dentro de unos días.
Vía As.com
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