• mar. Abr 16th, 2024

Las quejas de Marko y Vettel en cada incidente que les afecta son cada vez más frecuentes

Red Bull: la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio

Es ya costumbre en la Fórmula 1 actual que si algún incidente afecta a Sebastian Vettel resulta inevitable escuchar las voces de queja desde Red Bull. Para ser más exactos, de Helmut Marko o del propio piloto, fundamentalmente. Tampoco fue excepción el Gran Premio de Alemania. Sin embargo, las particulares circunstancias del pasado fin de semana quizás deberían hacer reflexionar antes de hablar al “poder en la sombra” de Red Bull.

Por un lado, Marko se quejó de la sanción a Vettel tras su adelantamiento a Button. “El castigo es como una sentencia de muerte por robar un pollo”, denunciaba el austríaco. Sin embargo, ayer se supo que el mapa de motor utilizado por Red Bull en Alemania –que mejora tracción y y utiliza los gases de escape con fines aerodinámicos- tendrá que ser eliminado a partir de la próxima carrera aunque la FIA no pudiera sancionar al equipo austríaco por cuestiones legales. A la postre, quizás Red Bull recibió solo un castigo por robar gallinas para lo que pudo haber sido una sentencia de muerte antes de la carrera. Porque ya desde hace tiempo -Mercedes, por ejemplo- había rivales que estaban tras la pista de sus mapas de motor.

Se olvidaron de la carta

“Toda la situación fue desencadenada por Button, que no dejó a Sebastian sitio y le empujó fuera, Sebastian tuvo que moverse hacia fuera y evitar la colisión”. Quizás Marko debería revisar nuevamente las imágenes de Hamilton y Maldonado en Valencia para comprender que Button fue bastante exquisito con el alemán. Y cuando el austríaco se queja de “doble rasero” con la maniobra de Hamilton y Rosberg en Bahrein, quizás olvidó la carta enviada por la FIA a los pilotos antes de Silverstone.

En ella se clarificaban los criterios para juzgar los adelantamientos por fuera de los límites del trazado: “Cualquier piloto que deje la pista puede volver a ella pero sin ganar ventaja alguna”, explicitaba claramente, dejando también margen a los comisarios para que examinaran cada caso específico no suficientemente claro. Y si equipo y piloto hubieran actuado en consecuencia tras el adelantamiento, la sanción no se hubiera producido.

"Para rompernos el cuello"

¿Que sale el coche de seguridad en Valencia para poder limpiar restos en la pista? Tanto Marko como Vettel también saltaron a la palestra. El austríaco utilizó el ejemplo de la Nascar, campeonato americano que utiliza el coche de seguridad con gran profusión y como parte del espectáculo: “Vettel estaba demasiado lejos, y así se pudo reagrupar la prueba como lo hacen en las carreras americanas”, insinuando una intencionalidad oculta en la dirección de carrera contra Vettel.

Marko apoyaba así la denuncia previa de su piloto, "el coche de seguridad fue sacado para rompernos el cuello” denunció el alemán. Y aunque es cierto que en Alemania no se interrumpió la prueba para limpiar los abundantes restos al final de recta tras el toque de Massa, Hamilton no fue tan vehemente al criticar la ausencia del coche de seguridad por la que él fue el principal perjudicado.

Vettel y su mentor Marko parecen instalados en una sensación de superioridad que cuando se altera solo puede ser responsabilidad de terceros. “Como en las carreteras normales tienes idiotas circulando, parece que también aquí hay uno…” Así, la reacción del piloto alemán frente a Karthikeyan tras su toque en Malasia al fallar en el doblaje del piloto indio seguía alentando la imagen de “mal perdedor” que, curiosamente, empieza a rodear a un inteligente y siempre sonriente piloto. Pero Button también tuvo un incidente con el Karthikeyan y, en su caso, asumió él mismo la responsabilidad.

A Vettel, ni tocarlo

El propio Marko no ha tenido el menor reparo saltar a defender a su intocable piloto, incluso cuando los problemas ha surgido en el seno de su propia estructura, y hasta en contra de la lógica de los acontecimientos. Por ejemplo, con su reacción al accidente de Vettel y Webber en Turquía 2010, o con la visita al box de Toro Rosso para abroncar a Alguersuari por haber obstaculizado al alemán en el pasado Gran Premio de Corea, mientras el español rodaba en su propia vuelta rápida.

Tampoco se ha cortado Helmut Marko al principio de temporada con ese complejo de persecución que parece acompañarle cuando se trata de su equipo. “No tenemos ya la superioridad del pasado año”, declaraba en la pretemporada, “y se debe a las nuevos cambios reglamentarios que fueron introducidos deliberadamente en contra de Red Bull”. Quizás Marko olvidaba que no todos los equipos de la parrilla disfrutan del 'cash flow' de la casa matriz que tan generosamente alimenta las genialidades de Adrian Newey.

Precisamente la habilidad del cuerpo técnico de Red Bull para desarrollar hábilmente conceptos técnicos que superan el espíritu de los reglamentos, aunque no el texto literal que lo regula, fomenta una imagen que acaba simplificando en torno al equipo austríaco una imagen de dudosa virtud deportiva. Ocurrió esta temporada en Mónaco con la apertura aerodinámica en el difusor trasero – un tema relativamente menor- que fue retirada, y también con el reciente episodio de los mapas de motor cuya prohibición explicará la FIA en un comunicado antes del próximo Gran Premio de Hungría.

La Fórmula 1 es cuestión de superar límites, de tensar constantemente la cuerda. Contrasta esa permanente – y hábil- vocación Red Bull con su queja permanente cuando sus rivales lo hacen en otros terrenos frente a ellos. Y por ello quizás desde Red Bull algunos deberían ver menos vigas en ojo ajeno. Porque alguna que otra puede estar en el suyo.

Vía Elconfidencial.com

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