• vie. Abr 19th, 2024

Asiento y volante están hechos a medida del piloto, y el cockpit intenta ser lo más pequeño posible

B8hCDcaIUAEDUTg[1]Algunas veces los pilotos llaman al cockpit su 'oficina'. Es el lugar donde desarrollan su trabajo y posiblemente el aspecto del coche sobre el que tienen más influencia a la hora del diseño. Fernando Alonso pone siempre especial énfasis en ello.

Un diseño que debe respetar unas ciertas medidas mínimas exigidas por la FIA pero también deben ser suficientes para que el piloto pueda salir y entrar con rapidez y comodidad. Tanta celeridad que el piloto debe ser capaz de sacar el volante y salir del coche en sólo 6 segundos.

Y tan amplia que, en caso de accidente grave el piloto pueda ser sacado del coche por los médicos formando 'cuerpo' con su propio asiento. Es una medida de seguridad porque el asiento hace así las veces de 'camilla' y evita que lesiones cervicales, de columna o tórax, puedan agravarse al mover el cuerpo para sacarlo. Pese a ello el habitáculo es tan angosto que el volante es extraíble. Si estuviera fijo sería imposible entrar o salir.

Volante a medida

No sólo eso: el piloto debe tener suficiente visibilidad, tener a su alcance todos los mandos y un volante en el que pueda accionar todos los botones y controles casi de forma intuitiva. Por eso Alonso ¿y casi todos los pilotos¿ lo exigen a su gusto. El volante se convierte así en una pieza de arte única, de coste escalofriante.

Volantes que son abiertos en la mayor parte de casos. Si fueran circulares como en un automóvil, simplemente rozarían con las piernas. Ello es posible porque los F1 giran sobre todo a base de velocidad y rara vez el piloto da más de un cuarto de vuelta para negociar las curvas.

Por eso los pilotos más altos y los pilotos más robustos en ocasiones se encuentran tan estrechos y limitados de movimientos que son incapaces de sacar el máximo rendimiento al coche.

Los asientos tambien se hacen a medida. Alonso, como los otros pilotos, se sienta sobre una bolsa de plástico que contiene espuma de polietileno o gránulos de poliestireno. Lo hace durante el tiempo suficiente para que quede un asiento moldeado exactamente a su medida, como una segunda piel e inutilizable prácticamente por otro piloto. Es la única forma de que un piloto pueda soportar las inmensas aceleraciones laterales en las curvas o los esfuerzos de frenada y aceleración.

Una vez ajustado este asiento, se 'escanea' con laser y las medidas de gran precisión sirven para fabricar el asiento definitivo, en capas de fibra de carbono de apenas unos milímetros de espesor -un proceso similar al de una impresora 3D- antes de 'cocerlo' al horno. Y durante la temporada se introducen pequeñas correcciones, generalmente de espuma, para evitar los puntos de presión.

B8hCDcaIUAEDUTg[1]

Vía Mundodeportivo.com

Advertisement
Share

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *