Hamilton resiste para ganar y Sainz brilla hasta la sexta plaza
Lo intentó y lo intentó Verstappen en las calles de Mónaco, en una persecución infinita sobre Hamilton, que tenía un neumático más blando en muy mal estado. Fueron más de 50 vueltas prácticamente pegados, con la presión constante de un piloto que no tiene contemplaciones a la hora de intentar un adelantamiento. Parecía imposible en un circuito tan estrecho, pero si había un piloto capaz, era Max. Y fue con todo dos ocasiones: primero en Loews, por fuera, sin suerte. Y a tres vueltas del final, a la salida del túnel llegando a tocarse con Lewis. Pero no hubo premio para él, sí para un defensivo Hamilton que se pasó la carrera protestando a los ingenieros por el estado de sus gomas. No importó, victoria para el pentacampeón y dedicatoria especial desde lo más alto del podio a su amigo, Niki Lauda. Como el holandés arrastraba una penalización de cinco segundos quedó cuarto en la clasificación, mientras Vettel acaba segundo y Bottas tercero. Primer no doblete.
En la salida Max había ido valiente a por Bottas, que arrancó peor, pero el primer vértice lo ganó el finlandés para escoltar a su compañero y facilitar el escenario favorito de Mercedes. El ‘show’ entonces lo puso Leclerc con un adelantamiento espectacular a Norris en Loews y otro todavía más increíble a un tipo duro como Grosjean en ‘La Rascasse’. El monegasco salía 15º y no le quedaba otra que arrimarse, puerta grande o enfermería. Tocó lo segundo: repitió el movimiento sobre Hulkenberg, pero el alemán se defendió bien, ambos se tocaron y la rueda trasera derecha del Ferrari se pinchó. Una vuelta entera en las lonas, destrozando los bajos, propiciaron el abandono del talento local.
Como había restos de fibra de carbono por toda la pista, salió el primer y único coche de seguridad de la carrera. Los de cabeza pararon y Max hizo una maniobra agresiva de Red Bull, que le dejó salir cuando llegaba por detrás Valtteri, el holandés se las arregló para adelantar al Mercedes con un leve toque incluído. La FIA lo vio: cinco segundos de sanción que resultaron clave para el devenir la carrera: marchaba segundo tras Hamilton, podía aspirar a ganar pero, de no hacerlo, ni siquiera terminaba en el podio porque Vettel y Bottas no se despegaría. El finlandés, de hecho, tuvo que hacer una segunda parada en boxes porque el impacto entre ambos le generó un pinchazo. Luego, ya se sabe: persecución sin premio.
Gasly siguió muy de lejos esa película, aunque se apuntó la vuelta rápida, y tras él la zona media la ganó un gran Carlos Sainz. Había avisado: se puede adelantar a un coche en la salida y a otro por estrategia. Manos a la obra: empezó noveno, aguantó a Albon en la primera curva y pasó a Kvyat en la subida a Montecarlo. Con el ‘safety-car’ se mantuvo en pista, como los dos coches de Faenza y al contrario que Ricciardo y Magnussen, que iban delante y sí cambiaron neumáticos. Salieron en medio del pelotón y perdieron tiempo a cada vuelta, fue una elección errónea de Renault y Gaas que permitió al madrileño plantarse sexto en la meta de Mónaco igualando el resultado de 2017. Siempre ha puntuado en sus cinco participaciones aquí.
Grosjean, que no paró, y un combativo Ricciardo que se repuso del error de su escudería, coparon las últimas plazas con premio. Tras ellos un pelotón correoso que complicó algunos doblajes en el que sorpendió un digno Russell con el Williams, esta vez por delante de Stroll, los Alfa Romeo y a un mundo de Kubica para acabar 15º, difícil hacerlo mejor con tan mala herramienta.
Vía As.com