• mar. Mar 19th, 2024

Sistema de Frenado

El principio de frenado es simple

Para detener el movimiento de un objeto hay que quitarle energía cinética. Para conseguirlo los Fórmula 1 utilizan discos de freno como los de cualquier coche actual, aunque el material del que están construidos es principalmente el carbono/kevlar. Este disco gira junto a la rueda y al frenar es oprimido por pastillas de freno (también de carbono/kevlar) sujetas a una pinza de freno hidráulica. Como el disco de freno gira muy rápido la temperatura que alcanza en la frenada es muy elevada, y para evitar que el material del que están hechos se funda o agriete se ha utilizado el carbono/kevlar, que no llega a fundirse pero se calienta e incluso se vuelve incandescente emitiendo luz de tonalidades entre amarillo, naranja y rojo.

Desde que en 1990 fueron prohibidos los sistemas de frenado antideslizantes, que permitían frenar, girar la rueda, volver a frenar y así repetidamente (como el ABS), los pilotos han de aprender a controlar el pedal de freno que puede hacerles reducir velocidad o clavarles en el asfalto.

El sistema de frenado está dividido en dos partes: existe una bomba hidráulica para las ruedas delanteras y otra para las traseras. Esto asegura que en caso de fallo de un circuito se pueda utilizar el otro para detenerse; si sólo hubiera un circuito y fallara, sería muy difícil detener un F1.

La cantidad de presión que ejercen las pinzas hidráulicas sobre los discos de freno puede ser regulada en todo momento desde el asiento del piloto. De esta manera, podemos evitar el sobrecalentamiento de los frenos delanteros (por ejemplo) utilizando más los traseros y al revés. Lo normal es que un 60% de la potencia de frenado se use en el circuito delantero, aunque dependiendo del circuito o gusto del piloto se pueden variar los porcentajes.

La eficiencia del sistema de frenado de los Fórmula 1 junto con la calidad de los neumáticos que utilizan, permiten reducir mucho la velocidad en un corto espacio tanto físico como temporal. Tan importante es este sistema de frenado, que en los últimos encuentros entre la FIA e ingenieros de este deporte, se ha propuesto la ampliación de estos tiempos y espacios de frenada, haciendo los frenos menos "perfectos" (dando un paso atrás en la evolución) y así lograr mayor entretenimiento y adelantamientos en entradas a curvas. De hacerse, habría que modificar las normas para evitar que los equipos utilizaran algunos diseños y materiales.

Los frenos cerámicos utilizados en los monoplazas fueron inventados para los f-1 y actualmente se están empezando a utilizar en los coches de gama alta, sobre todo, un pionero en fabricar coches en serie para la calle con estos frenos es Porsche. Una ventaja de estos frenos es que pueden substituir a los discos de los frenos ABS.

Los científicos Dach (hungaro) y Stremen (polones) los están perfeccionando.

De la misma forma que demasiada fuerza aplicada sobre una rueda hace que ésta se deslice sobre el asfalto, demasiada frenada hará que los frenos bloqueen los neumáticos haciéndoles perder agarre, y por consiguiente efectividad en la frenada. La Fórmula 1, antes permitía sistemas de frenada antideslizantes (que consisten en reducir la presión del freno para permitir que la rueda gire de nuevo y continuar frenando), pero estos sistemas fueron prohibidos en la década de los '90. La frenada, por lo tanto, sigue siendo una de las pruebas más duras en las habilidades de un piloto de Fórmula 1.

Los reglamentos técnicos también exigen que cada coche tenga un doble circuito hidráulico del sistema de frenado con dos depósitos separados para las ruedas delanteras y traseras. Esto garantiza que, incluso en caso de que un circuito completo falle, los frenos deben estar disponibles a través del segundo circuito. La cantidad de potencia de frenada se transfiere a la parte delantera y posterior del coche, algo que puede ser controlado por el propio piloto, lo que permite a los conductores estabilizar el reparto de esa potencia manipulándola, fundamental por ejemplo a la hora de compensar la reducción de la carga de combustible a medida que este se va consumiendo. En condiciones normales de operación, alrededor del 60% de la potencia de frenada va a las ruedas delanteras, a causa de la desaceleración en virtud de la transferencia de carga.

En un sentido los frenos de la Fórmula 1 son más avanzados que los sistemas de los coches de carretera: los materiales. Todos los coches de la parrilla de salida, actualmente, utilizan compuestos de fibra de carbono en los discos de freno, que ahorran peso y son capaces de funcionar a temperaturas más altas que los discos de acero.

Un típico disco de freno de Fórmula 1 pesa alrededor de 1,5 kg (frente a los 3,0 kg de los discos de acero de tamaño similar utilizados en la serie CART de América). A esto tenemos que añadir que las pastillas de freno también llevan un compuesto especial, siendo capaces de soportar grandes temperaturas, (hasta 750 grados Celsius). Anteriormente se usaban discos de distintos tamaños para la clasificación y la carrera, pero en 2003 los cambios de las reglas impusieron que todos los coches entrarían en un parque cerrado tras calificar, y, por lo tanto, los frenos no podrían ser reemplazados antes de la carrera.

En Fórmula 1, los frenos son muy eficaces. En combinación con los modernos y avanzados compuestos de los neumáticos se ha reducido drásticamente la distancia de frenada. Un coche de Fórmula 1 para detenerse a 160 km/h emplea, más o menos, el mismo recorrido que un coche de carretera emplearía para detenerse a 100 km/h. Así que no es de extrañar que los frenos sean uno de los temas de debate durante los diálogos técnicos entre los constructores y la FIA pretendiendo que si se aumenta esa distancia de frenado sería más sencillo que presenciásemos más adelantamientos en las carreras.

Esto implicaría la limitación de la tecnología de frenos a través de restricciones en los materiales o en el diseño. Otras ideas relacionados con los frenos de cara al futuro incluyen la posibilidad de aprovechar los residuos de la energía generada en el proceso de frenado del coche y la reutilización de la misma para proporcionar más potencia a los motores, pudiendo ponerse a disposición del piloto como pequeños propulsores para facilitar los adelantamientos.

 

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