El último baile de Alonso o cómo buscar el asalto al tercer Mundial con el mejor de la historia
Como si de 2005 se tratara, me recuerda mucho aquella cara y esa sonrisa que le delata en la que al menos ve una luz al final del túnel e igual que en 2005, cuando probó por primera vez el R25 y una vez se bajó del mismo dijo, este campeonato es mío. Ahora ve como se alían los astros, y las cosas que están pasando hacen, que al menos le de un atisbo de esperanza para pensar en llevarse algo más grande antes de su retirada definitiva.
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«En lo que se refiere a los pilotos, Fernando Alonso es uno de los que siempre he querido… Es una pena que eso nunca haya sucedido, porque tengo un tremendo respeto por Fernando». Además de no haber disfrutado una relación más larga con Ayrton Senna, Adrian Newey lamentaba en 2023 no haber podido trabajar en su dilatada experiencia de la Fórmula 1 con el español.
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Aunque la espina no se quedará clavada, porque ya está confirmada la llegada del británico a Aston Martin. Siempre que Alonso siga en activo. Aunque resulta inimaginable que el asturiano renuncie a compartir destino con el mayor genio técnico de la Fórmula 1. Ambos ya han colaborado antes, aunque solo sea como prologuista el español de la biografía del ingeniero británico llamada Cómo hacer un coche.
Dos supernovas se fundirán así en el universo de la Fórmula 1. Uno de los mejores pilotos de todos los tiempos con el Leonardo da Vinci de este deporte, a bordo del superequipo que Lawrence Stroll está creando en todas las áreas. ¿La postrera oportunidad para conseguir ese elusivo tercer título?
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«Seis meses o un año, bienvenido sea»
«Si algún día Newey ficha por Aston Martin, sería un honor trabajar con él, porque es el mejor de la historia, un genio de este deporte. Sería increíble trabajar con él», comentaba Fernando Alonso el pasado domingo en una entrevista en DAZN sobre la hipotética llegada de Newey al equipo. Seguro que ya estaba informado del tema desde hace tiempo.
«Si no llega ese momento, también. Pero si solo llega y me coge seis meses o un año, bienvenido sea. Ya se verá y, cuando sea el momento de pensar si quiero seguir corriendo, depende de tantas cosas y del momento en el que estemos… Aunque prefiero no pensar». Seguro que ya lo ha pensado.
«Después de fichar por McLaren a finales de 2005, Ron Dennis me llamó para contarme que Adrian estaba cansado de la presión, que iba a irse a Red Bull como entretenimiento, en fin, que no me preocupase. Cinco años después, empezó a preocuparnos a todos de verdad«. En el prólogo al libro de Newey, Alonso recordaba cómo las carreras de ambas habían transcurrido en líneas paralelas, sin llegar a tocarse.
Recordaba cómo «en 2007, y tras abandonar Woking, estuve en la fábrica de Red Bull charlando con Newey y empezamos a hablar de la posibilidad de correr con ellos en 2008. Pero decidí volver a Renault, a mi casa, con mi gente, a un equipo de fábrica, a esperar los susurros de Maranello que acabarían por llegar».
Un último intento. «No se nos ocurrió otro sitio mejor: en la carretera que une Francorchamps con la villa de Spa, hay un pequeño aeródromo a la derecha y, frente a una de las vallas del aparcamiento, paramos nuestro Fremont. Empezaba a llover y no había un alma alrededor», recordaba Alonso.
«Poco después, un enorme Infiniti negro de Red Bull conducido por un chófer del equipo aparcó a nuestra derecha. Por señas, y mientras la lluvia arreciaba, decidimos que fueran ellos los que saltasen a nuestro coche. Chris Horner y Luis García Abad se sentaron delante, y Adrian y yo detrás. Lo que allí hablamos es materia de otro libro, el mío, pero esta fue la última vez que estuvimos a punto de trabajar juntos». A partir de ahora, lo harán.
Lo mejor de sí mismo
Tras dos décadas en Red Bull y artífice de todos sus éxitos técnicos, con su extraordinario y exitoso bagaje en Williams y McLaren, la llegada de Newey a Aston Martin revolucionará la Fórmula 1. Y, además, es el toque final para el super equipo que está creando Lawrence Stroll.
Honda como motorista en exclusiva, la petrolera Aramco como patrocinador principal, Andy Cowell como líder y CEO de Aston Martin, el director técnico de Ferrari, Enrico Cardile, reestructuración de las instalaciones, incluido un túnel de viento propio… Newey remata con cúpula dorada un proyecto del que todavía forma parte Fernando Alonso, aunque se rumoree que Stroll sigue lanzando cantos de sirena a Max Verstappen.
Tal despliegue ofrece una tentación irresistible para que Alonso dilate su carrera. Porque a Newey le distingue ser genio creador de máquinas ganadoras a partir de cualquier nuevo reglamento. En 2026 llegará uno de los más complejos que la Fórmula 1 nunca ha afrontado. Una oportunidad de oro que, sin duda, sacará lo mejor del ingeniero británico, recién llegado de Red Bull. ¿Alguien duda que Newey dará, en semejantes circunstancias, lo mejor de sí mismo?
Esto me recuerda a cuando probó por primera vez el Renault R25 y al bajarse con esa sonrisa de lado a lado predijo que iba a ser campeón con ese coche… https://t.co/H1rR2V3q8J
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Un ingeniero de pilotos
Además de una holística visión en todas las áreas de un monoplaza de carreras, a Newey le distingue una especial relación con los pilotos, a los que considera parte integral y decisiva en el rendimiento de sus monoplazas. Carrerista aficionado, el británico gusta de recoger las sensaciones de los pilotos para su trabajo.
«En teoría, se podría argumentar que, con todos los sensores que tiene el coche y todas las herramientas de simulación que tenemos para obtener información, no deberíamos necesitar la retroalimentación de un ser humano», explica el propio Newey sobre el enfoque de su labor como creador. «Pero la retroalimentación humana es vital, ya que el ser humano es el que controla el vehículo: la sensibilidad, el sentimiento y la capacidad de expresarlo son fundamentales. No es un vehículo conducido por una máquina». Para el perfil de Alonso, un regalo del cielo en la recta final de su carrera.
El destino natural de Newey
Cuando antes de dejar Red Bull le preguntaban a Newey por su futuro en la Fórmula 1, establecía dos premisas fundamentales: «Quizás intentar conseguir una posición en la que pueda participar como director general… Eso significa entregar las riendas a alguien que sea responsable y yo sería un mero colaborador siempre que lo considere útil. Esto, desde el punto de vista competitivo». O sea, Enrico Cardile y Newey como consultor, la posición que disfrutaba en Red Bull desde 2014.
Segunda premisa. «Pero también me gustaría desarrollar el sector de los coches de carretera. Creo que podría ofrecer algo en ese ámbito. Es un sector difícil, increíblemente competitivo y, obviamente, impulsado por el comprador, lo que es, como mínimo, más complicado. Pero creo que el sector automovilístico parece ir en la dirección equivocada. Los fabricantes están respondiendo a lo que quiere el comprador, pero los coches son cada vez más grandes y pesados«. O sea, una marca para crear modelos superdeportivos de élite, Aston Martin.
El equipo de Lawrence Stroll era el destino natural para Adrian Newey, ya que cumple todos sus requerimientos profesionales y vitales. En 2026, llega uno de sus grandes estímulos de siempre: un nuevo reglamento, para marcar la diferencia. Quedaba una casilla: trabajar con el piloto español, que también pueden tachar ambos. Porque el último baile de Fernando Alonso en la Fórmula 1 ya tiene pareja.
Vía Javier Rubio para El Confidencial.com