Pepe Martí terminó sexto en un nuevo fin de semana sólido para el catalán

La Fórmula 2 regaló un espectáculo inesperado en Spa-Francorchamps, marcado por la lluvia, la estrategia y los errores que decidieron el podio. El gran protagonista fue Alex Dunne, que se mantuvo firme desde la pole y supo navegar con temple en una carrera que tuvo de todo: trompos, sanciones, adelantamientos agresivos y hasta una bandera roja final que selló su victoria.
La jornada arrancó con incertidumbre. La lluvia, que ya había obligado a cancelar la segunda carrera de Fórmula 3 por acumulación de agua y niebla, hizo acto de presencia también en la cita principal de F2. Dirección de Carrera dio luz verde para competir, aunque los monoplazas salieron tras el coche de seguridad ante la amenaza constante de precipitaciones. A pesar de los partes meteorológicos, la pista ofreció momentos para la acción, y Dunne dejó claro desde el viernes que quería ganar en una qualy estratosférica.
El irlandés lideraba cómodamente tras los primeros giros, seguido por Rytomo Miyata y Roman Stanek. Pepe Martí, por su parte, defendía la sexta posición frente a un Leo Fornaroli muy agresivo. La gestión de los límites de pista fue clave: Victor Martins fue penalizado con cinco segundos, y eso dio alas a Arvid Lindblad y a Martí, ambos al acecho para avanzar hacia el podio.
El ecuador de la carrera trajo el baile en boxes. Martí realizó su parada, algo más lenta de lo previsto, mientras Dunne era advertido por radio: un frente lluvioso se acercaba por la curva uno. Eau Rouge y Raidillon se convirtieron en el epicentro del caos meteorológico, con contrastes marcados entre el primer sector y el segundo. En medio de esa incertidumbre, solo tres pilotos resistían sin parar: Amaury Cordeel, Oliver Goethe y Joshua Duerksen. Su liderazgo fue efímero; tras pasar por boxes, perdieron toda ventaja.
Con el grupo reordenado, Lindblad adelantaba a Stanek y se colaba en puestos de podio. Aunque su acción está bajo investigación por un posible procedimiento incorrecto en el Pit Lane. En paralelo, Miyata cometía un error en segunda posición y caía hasta la cuarta plaza, justo por delante de Martí. El piloto español no pudo utilizar DRS por la lluvia, pero luchó con determinación mientras Luke Browning le presionaba. El británico logró superarle en la vuelta 18 tras un leve contacto, evidenciando que Martí no iba a regalar nada.
La tensión escaló con el trompo de Sebastian Montoya, que dejó detenido su monoplaza y provocó la salida del coche de seguridad. La posibilidad de un final al sprint quedaba abierta… pero el motor de Goethe se rindió en los compases finales, lo que obligó a desplegar la bandera roja y cerró la carrera prematuramente.
Dunne se llevó el triunfo, en una prueba marcada por la imprevisibilidad meteorológica y la inteligencia estratégica. Campos Racing celebró un podio con Lindblad y una sexta plaza luchada de Martí, en un fin de semana que deja buenos augurios para el conjunto español.