El piloto neerlandés ha conseguido su 52ª victoria en la Fórmula 1. Norris ha sido segundo y Alonso ha vuelto a hacer ‘magia’ para subir al podio. Carlos Sainz, con varios problemas en la carrera, ha finalizado sexto
La salida fue lo que los ingleses denominan ‘evenful’. Repleta de incidentes. Ya en la vuelta de formación, Leclerc se estampó con el Ferrari en la ‘8′. No hay comunicación oficial sobre la causa del accidente (mecánica o error humano), pero cuesta muchos puntos. Sin el segundo coche en la arrancada, uno podía esperar mucho de los Aston Martin con pista libre por delante. Pero… bajo los semáforos los dos AMR23 se quedaron clavados y les superaron fácilmente tanto Hamilton como Norris. Al menos Fernando ganó la posición a Stroll. Sainz perdió la plaza con Russell y Pérez, su embrague ya dio signos de fatiga en México y la situación no cambia. Por detrás, en la misma recta, escalofriante incidente de Albon y Magnussen que salpicó a Hulkenberg (pasó por encima de un neumático suelto, volador), más Piastri y Ricciardo (que pudieron continuar, pero perdieron vuelta con el pelotón).
Bandera roja y media hora para reparar las protecciones de la primera curva. La resalida bajo los semáforos daba pánico, vista la pobre arrancada de los Aston. Pero el miedo era infundado: Alonso fue agresivo desde las ‘Eses de Senna’ y se preparó un adelantamiento precioso sobre Hamilton ejecutado al límite por el interior de la ‘cuatro’. Tercero. Y a tirar. Delante Verstappen superó una leve presión de Norris durante un par de vueltas. Y a tirar también. Era una carrera clara a dos aradas así que había permiso para vaciar los neumáticos.
Los Mercedes adelantaron la primera parada en busca del ‘undercut’ a Checo. Luego se supo que ni Hamilton (8º final) ni Russell (abandonó) tenían ritmo para casi nada. Debían ir justos de temperaturas, visto el abandono del joven inglés. Sainz retrasó el ‘pit-stop’ inicial y cuajó un segundo ‘stint’ espectacular. Adelantó tanto a Russell como a Hamilton y enfiló hacia un sexto puesto que no le ayuda en el Mundial de pilotos (Norris y Alonso sumaron más), pero sí le distancia diez puntitos más de Leclerc en el campeonato que más cuenta de todos. Pérez se llegó a acercar mucho al tercero de Alonso, pero apenas le quedaban ruedas para cuando alcanzó al Aston Martin. Tomó aire y preparó el ‘undercut’.
El mexicano tuvo la iniciativa con ese último cambio de neumáticos una vuelta (47) antes que Alonso (48) en una preciosa lucha por el último puesto del podio. Fernando salió delante con margen (3.8 segundos), aire limpio y una rueda blanda nueva más joven que la de Checo. Pero claro, la diferencia de coches es descomunal. La presión de Pérez arreció. DRS constante. Asomándose en la ‘uno’ y en la ‘cuatro’. Pegándose a la estela del Aston Martin en la enorme recta serpenteante del precioso Interlagos. Pero… ¿tuvo algún intento serio para lanzarle el coche? Pues prácticamente no. La defensa de Alonso fue sencillamente perfecta, por el sitio, sin conceder un solo resquicio para que el Red Bull encontrase el sitio. Limpio en su trazada, una obra de arte tras otra, un reloj suizo clavando las 15 curvas del Autódromo José Carlos Pace frente a un toro desbocado mucho más sucio en su trazada.
La fría defensa bastaba por el podio… hasta que en la penúltima vuelta Checo clavó los frenos en la uno, y adelantó a Alonso. Goliath tumbaba a David. Fin de la gesta. El cuarto ya valía, claro. Pero no para Fernando: el biacampeón fue gigante cuando se pegó como pudo a la estela del Red Bull e inventó un adelantamiento estelar: se acercó en la recta, trazó al ataque en las ‘Eses’ de su igual y lanzó toda la furia asturiana en la recta de atrás para encerrar por fuera a Pérez y cerrarle las puertas del podio. Precioso. Alonso se ganó con todo su talento el octavo podio de la temporada. Bahréin, Arabia Saudí, Australia, Miami, Mónaco, Canadá, Países Bajos… y Brasil. Nueve semanas de diferencia entre los dos últimos, mientras el Aston Martin transitó por un bache que ahora nadie se explica. Porque Stroll fue quinto, también con un coche descomunal. Delante, Verstappen controló y venció delante de Norris. El público había estallado de alegría. Pero no por el ganador, ni por su ídolo Hamilton. Fue Alonso quien puso en pie a la hinchada de Senna.
Vía As.com