• jue. Abr 25th, 2024

Con polemicas o sin ellas la Fórmula 1 crece y gana adictos

El Gran Circo resurge a nivel global cuando el fútbol sufre un declive en su seguimiento. Este final de temporada está ganando muchísimos aficionados para el futuro

Vídeo: ¡tremenda polémica Hamilton/Verstappen en Arabia Saudí!En un momento que el futbol sufre un declive en su seguimiento, la Fórmula 1 resurge con fuerza a nivel global. La polémica en los grandes duelos es la gasolina que prende la mecha de la pasión y como consecuencia el aumento del interés del espectador no habitual. Estamos viviendo sin lugar a dudas una de esas temporadas que se inscriben con números de oro en los anales de la historia de la competición. A medida que nos acercamos al final del año, y la igualdad permanece en el marcador, el termómetro de la tensión sube y la vehemencia de los partidarios y detractores de Lewis Hamilton se dispara.

Hay quien ve este fenómeno como algo negativo, particularmente desde el sector más purista; se ve con desagrado como la resolución del Mundial va a estar rodeado de controversia y malas artes en la pista entre los dos titanes contendientes al título. Sin embargo, el secreto de la explosión de un deporte nunca viene de convertir a neófitos o desinteresados en aficionados ‘puristas’, sino que ese espectador ocasional encuentre motivos suficientes para prestar atención a una competición que habitualmente ha ignorado.

El antagonismo entre los partidarios y detractores de Lewis Hamilton y Max Verstappen crece cada carrera. (Reuters/Andrej Isakovic)
El antagonismo entre los partidarios y detractores de Lewis Hamilton y Max Verstappen crece cada carrera. (Reuters/Andrej Isakovic)

Puristas frente a ocasionales

Con la llegada del seguidor no iniciado, llega también el debate acalorado alejado de toda lógica y en muchos casos sin conocimiento de lo que se habla. Habría que decirle a todo el sector reticente: «Bueno, ¿y qué?». A más polémica mas seguimiento, mayores horas de televisión y radio, más espacio en las redes sociales y en los diarios de papel y digitales. En el fondo, se admita o no, eso es a lo que aspira cualquier deporte, pues un mayor seguimiento supone mayor interés por parte de patrocinadores y por ende más dinero para la competición. No todo debe medirse por lo económico,evidentemente, pero pregunten a los practicantes y seguidores de deportes minoritarios si estarían dispuestos a renunciar a parte de su pureza a cambio de aumentar significativamente sus ingresos. Pocos o casi ninguno declinarían.

Quien haya estado monitorizando las redes sociales a nivel deportivo durante este 2021, se habrá dado cuenta del fenómeno de este aumento de interés por la Fórmula 1. Si a principios de año, la competición y sus pilotos rara vez aparecían entre las tendencias, en este final de temporada es abrumador el protagonismo que está teniendo, superando con creces incluso al futbol los fines de semana. Es curioso, cuanto menos, observar que el fútbol decae respecto a la Fórmula 1 cuando adopta tecnologías como el VAR que tiene el supuesto objetivo de aclarar polémicas. Es evidente que el objetivo no se ha conseguido, o al menos una buena parte de lo que se pensaba, pero es llamativo ver como el interés por la competición automovilística se dispara, justo cuando se empieza a cuestionar lo arbitrario de las decisiones de los jueces de la competición. ¡Ni más ni menos, que lo que ha sido el santo y seña futbolero durante décadas!

Basta darse un paseo por las redes sociales para ver como se acusa a la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) de ‘MaFIA’, de corruptos… con el objetivo de falsear la competición para que gane Hamilton, o de sobreproteger a Verstappen para evitar precisamente que triunfe el británico. Es evidente que a resultas de lo vivido este fin de semana pasado en el gran premio, puede criticarse alguna decisión de los comisarios respecto a todos los incidentes que envolvieron la pelea entre ambos. Si tratamos de ser justos, el cuerpo arbitral no tuvo uno de sus peores días. Simplemente, sus decisiones son juzgadas con desprecio porque no dejan contentos a los partidarios y detractores de uno y otro piloto.

Liberty Media (Stefano Domenicali) y la FIA (Jean Todt), deben de estar encantados con el aumento exponencial del interés este año de la Fórmula 1. (Reuters/Andrej Isakovic)
Liberty Media (Stefano Domenicali) y la FIA (Jean Todt), deben de estar encantados con el aumento exponencial del interés este año de la Fórmula 1. (Reuters/Andrej Isakovic)

¿Críticas injustas a la FIA?

Veamos, por ejemplo, las demoledoras críticas que se hicieron a Michael Masi al acusarle de ‘mercadear’ con las decisiones y no tener la autoridad, al negociar con los jefes de equipo de RedBull y Mercedes, la sanción a imponer a Verstappen, por adelantar por fuera de pista por el exterior. Se olvida que esta ‘negociación’ la contempla el reglamento y no es algo en absoluto nuevo en el mundo del automovilismo. Al igual que en la justicia ordinaria, existen los laudos arbitrales o los acuerdos extrajudiciales. Bajo determinadas circunstancias, el reglamento permite que las partes implicadas acepten una decisión si quieren evitar que se deje en manos de los comisarios deportivos, con los inconvenientes de demora en la toma de decisiones e incierto resultado que pudieran tener. Nada que objetar, por tanto, a esa decisión por parte de dirección de carrera. La única diferencia es que estas cosas antes no trascendían; ahora Liberty Media no duda en airear todas las comunicaciones por radio que huelen a polémica. Nada casual por otra parte este hecho, habría que añadir.

El problema es que en la última carrera se sancionó correctamente a Max Verstappen por sus acciones en pista. Sin embargo, dado que en el pasado incidentes similares no se sancionaron, es inevitable que los seguidores del piloto holandés empiecen a ver manos negras. La cuestión es que en esta guerra, como en casi ninguna, nadie es inocente. Ni Lewis ni Max. Ni siquiera los aficionados, pues. cuando en el pasado los comisarios han acertado al sancionar adelantamientos por abusar de las escapatorias, el clamor en las redes sociales a menudo era descomunal. Se reclamaba que a los pilotos se les dejara correr, que «no mataran el espectáculo». ¿En qué quedamos?¿Nos indignamos cuando sancionan a nuestro piloto favorito y lo justificamos cuando es él quien hace exactamente lo mismo?

Lewis Hamilton decía que no había competido jamás con alguien con una agresividad y una locura similar conduciendo a la que ha visto en Max Verstappen. Habría que decirle que, aparte de no ser él el piloto más indicado para hablar de maniobras dudosas, se le ha debido de olvidar como pilotaba Michael Schumacher. El alemán se pasó innumerables veces de la raya, pero en su día los comisarios no supieron parar el monstruo que estaban creando. Actualmente, se encuentran con la horma del zapato con Verstappen. ¿Dudan ustedes que Max, no ha crecido desde que tiene uso de razón en el convencimiento de que tal y como ocurriera con ‘Schumi’, aquella permisividad excesiva de antaño, justifica todo hoy para ser un ‘ganador?

Que viva la polémica

Curiosamente el ojo del halcón del tenis que eliminó para siempre a los John McEnroe del circuito, o la tecnología del VAR futbolístico tienen su origen en el I+D de la Fórmula 1. Ésta, sin embargo, se resiste a dejar en manos de la tecnología muchas resoluciones de los comisarios. La FIA sigue permitiendo y justificando un amplio margen de discrecionalidad en las decisiones de los jueces de la competición. Liberty media, como promotor de la competición, en el fondo estará más que contento con que la polémica suba de tono cada carrera. A nadie se le escapa que esto supone material muy jugoso para su serie de Netflix ‘Drive to Survive, muchas visitas a su página web y sus redes sociales. Al final del día, lo que cuenta es el aumento exponencial del interés a nivel global por el deporte que gestiona. Además, aunque les costó agarrar el toro por los cuernos al principio, su mix actual de difusión de retransmisiones entre el ‘pay per view’ y sus propios canales de difusón cada día funciona mejor.

Así que cuando vean a un jerifalte de la Fórmula 1, expresar preocupación,consternación,inquietud… ante la escalada de las polémicas, sospechen. En el fondo están encantados. Nada es casual en el mundo donde el deporte y el negocio se dan la mano.

De Pablo de Villota para El confidencial.com

Advertisement
Share

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *