Una batalla mágica hasta la última vuelta
Los últimos minutos de la clasificación rozaron la épica: Esteban y Charles ocuparon la pole provisional. Luego la animalada de Fernando le situaría con ventaja clarísima sobre ambos. Y sobre el propio Max, que llegaba el último y a la desesperada con dos décimas de pérdida antes del último sector. Pero este piloto es otra cosa y su Red Bull también. Se enfrentó al mejor Hamilton y le ganó, igual que ha podido en los últimos meses contra Ferrari o su compañero. De todas formas, este domingo se enfrenta a lo desconocido: Alonso sale en primera fila en un gran premio especial, en el que la salida y la estrategia son fundamentales. Las dos décadas de experiencia en este circuito juegan contra Max. Los diez años en busca de un coche como este Aston Martin juegan a favor de Fernando: este domingo sale a saldar cuentas con la F1.
Lástima que Ferrari y Sainz se perdieran por el camino. El viernes eran la referencia, pero el rendimiento del SF-23 se fue por el retrete en la mañana del sábado y solo Leclerc levantó el pabellón con esa intentona final, a la desesperada, que le llevó a la tercera plaza. Carlos se quedó quinto, lejos de lo que auguraba su primera posición en los entrenamientos libres que inauguraron el fin de semana. Cambió la pista, o cambió el Ferrari, pero una de las bazas fuertes españolas desapareció del mapa. Tendrá que librarse del Alpine mediante la estrategia para no descolgarse de los líderes y seguir el podio de cerca. Aunque lo que parecía un enorme gran premio por su parte se queda ahora en un discreto segundo plano.
En la hora de los elegidos faltó Checo: el mexicano se estrelló en Santa Devota durante la Q1, error grosero para el ganador del último GP de Mónaco que le costará muchos puntos, porque Verstappen no cede. No hubo más sustos ni grandes ausencias, o accidentes relevantes en la hora de vueltas rápidas sobre el asfalto del Principado. Hace doce meses fue la estrella. Ahora llega estrellado a la carrera que le cambió para siempre.
Vía As.com