De principio a fin para no pestañear pero sobre todo siguiendo al madrileño que se ha lucido y ha dado todo un recital de conducción y adelantamientos empezando con su propio compañero
Precioso esprint, cerebral para Verstappen, pasional para Sainz y mal rematado para Norris. Tiró de furia Carlos para hacerse con el segundo puesto (salió quinto) en la carrera corta de Austin justo detrás de Max, que vuelve a ganar algo varios meses después (no lo hacía desde el esprint de Austria). No lo tuvo difícil el campeón pero sí Sainz, que debió regalar dos adelantamientos quirúrgicos sobre Leclerc y Russell, más otras tantas intentonas contra su compañero de equipo, y luego una última pasada a Norris en la vuelta final. Salió a dejárselo todo el español, quizás consciente de que sus vueltas al volante de un Ferrari se acaban. Cumplió con creces y cuajó su mejor carrera de la segunda mitad del curso. Lo mejor es que el fin de semana solo acaba de empezar.
En la salida Lando enmendó la mala clasificación, pasó a Russell y Leclerc y se quedó a la estela de Max. A partir de el Red Bull y el McLaren gestionaron, incluso abrieron hueco. Tras ellos, el zafarrancho. Sainz tenía más ritmo que Charles, a todas luces, y lo intentaba por cualquier parte. “Vamos a centrarnos en los de delante”, dijo el monegasco por la radio. Eso hacía Carlos, que lo probó al final de la recta o al inicio de la vuelta sin ser capaz de consolidar la posición. En la vuelta 5 el español zanjó lo que podía ser una batalla interminable de esas que acaban mal: se acercó en la recta sin lanzarse y clavó los frenos en la zona más revirada del tercer sector, donde no lo esperaba Leclerc. Ya era cuarto.
Durante cuatro vueltas, Sainz recortó tiempo a Russell sin mirar los retrovisores (su compañero no llegó a intentar un adelantamiento) y en la novena repitió la maniobra que había hecho con Leclerc para apartar del camino al Mercedes, que claramente tenía menos ritmo. Poco después Charles haría lo mismo y tanto Russell como Hamilton quedarían en tierra de nadie, a ocho segundos del último Ferrari. Se establecían así las posiciones, o eso parecía. Porque en la guerra de ritmos entre Verstappen y Norris empezaban a aflorar las debilidades del McLaren con un neumático medio muy castigado.
Al iniciar la última vuelta, Carlos abrió el DRS sobre Lando. Estaba lejos, de hecho no se planteaba siquiera intentarlo en la primera frenada. Pero el inglés se coló, bloqueó y trazó fatal, así que más que adelantarlo, Sainz debió quitárselo de encima para no perder inercia. Así se hizo con la segunda plaza. Norris si salvó el minipodio contra Leclerc, pero el despiste final le costó un punto en la clasificación con respecto a Verstappen (que ahora lidera con 54) y quizás lo lamente al final de la temporada. O no, porque en Austin ya no manda McLaren. Manda Max.
Tras los coches fuertes brillaron los locales: Magnussen (7º) y Hulkenberg (8º) dieron doble razón de puntos a Haas gracias al viejo mantra de que en casa se corre más por arte de magia. Hubo más que palabras en el tren de la zona media con penalizaciones para Piastri, quejas de Tsunoda, un inicio errático de Lawson y una mala mañana para Alonso (18º), que debió salirse del asfalto en la primera vuelta y perdió un par de plazas, y luego se vio encerrado por el RB del neozelandés. “El Alpha Tauri es idiota”, llegó a decir por radio cuando Ocon adelantó a ambos por una defensa excesiva de Lawson. En cualquier caso, había poco a lo que aspirar. O nada.
Vía As.com