Un gran adelantamiento de Max a Piastri le allana el camino para volver a ganar en Ímola. Debacle estratégica de Carlos (8º) y Alonso (11º)
Carrera de detalles, de estrategia y de fortuna, y los tres elementos sonrieron a Verstappen y fueron esquivos para Sainz y Alonso, a pesar de que habían empezado la carrera en tercera fila. En el caso del campeón, fue así porque se lo buscó él mismo con una maniobra genial en la salida: arrancó regular, llegó a perder durante unos segundos la segunda posición contra Russell, pero en el juego de rebufos apostó por el exterior en la variante de Tamburello y ejecutó el adelantamiento perfecto sobre Piastri. Con precisión quirúrgica trazó por el fuera en la dos y ganó el interior de la tres al McLaren para apartarle del liderato en Ímola. A partir de ahí abrió hueco, no se puso nervioso con el ‘undercut de Oscar y se mantuvo en la pista para hacer buena la estrategia de ir largo.
Podía conseguirlo, pero ni siquiera neceistó intentarlo: un coche de seguridad virtual a mitad de carrera le regaló el ‘pit-stop’, así que pista libre. Max logró en el GP de Emilia Romaña su segundo triunfo de 2025 y le recuerda a Piastri y McLaren que hay Mundial hasta que él diga lo contrario. Norris fue segundo, beneficiado también por ese VSC, y el australiano cerró el podio.
La salida era clave, pero la carrera aún tenía preparadas algunas sorpresas desagradables. Alonso defendía el quinto puesto en las primeras vueltas justo por delante de Sainz. Norris fue agresivo para superar a Russell en la variante Villeneuve, el Mercedes era el tapón que separaba a los rápidos de la zona media y que marcaba el inicio del tren del DRS. Entonces llegaron los juegos de azar: en la vuelta 11, Ferrari paró a Leclerc, que iba décimo, en busca de un ‘undercut’ masivo. Los ordenadores le debían dar la razón, más de un ingeniero se puso nervioso en su butaca y pulsaron, en cadena, el botón del pánico.
Mercedes paró a Russell y Williams a Sainz. Era la vuelta 12 de 63. Los dos salieron detrás de Charles. También Alonso cuando hizo lo propio en la vuelta 13. Con esa decisión, los tres equipos entregaban gustosamente la posición al monegasco, que era tercero virtual, y además se aseguraban de llegar cortísimos de ruedas al final de la carrera. Por el camino, Ferrari se aferraba a un podio completamente inverosímil. Williams sí dejó fuera a Albon. Hamilton había salido con duras y no paró. Piastri sí buscó el ‘undectut’ sobre Max (vuelta 14), en su caso tenía sentido.
Sin embargo, la potra salvaje no lo es todo en este deporte. En la vuelta 30, una avería obligó a Ocon a aparcar en la hierba y la FIA decretó coche de seguridad virtual. Premio para todos los que no habían parado, que fueron más de la mitad; castigo para el intento desesperado de Leclerc. Y sopapo para las aspiraciones de Sainz, que tuvo que hacer un segundo ‘pit-stop’ y vio marchar el quinto virtual; pero sobre todo para las opciones de puntuar de Alonso, que bien podía haber estado en el top-6, merecidos. Aston decidió no parar a sus dos coches durante el VSC porque entregaban de facto los puntos. Se quedaron octavo y noveno en la pista, pero con unas gomas tan gastadas que no duraron ni medio asalto al resto de integrantes de la canina zona media. “Va a ser una tortura, soy el piloto con menos suerte del mundo”, clamó Fernando por la radio. Esta vez fue así. Caería hasta el 12º.
Delante, Verstappen puso la velocidad crucero. Norris se hizo con la segunda plaza beneficiado igualmente por su parada tardía. Y Albon se amarraba al cuarto con el Williams, en una posición que bien podían haber ocupado Sainz o Alonso. El tailandés estaba detrás de los dos pilotos españoles cuando estos se dirigieron a la calle de boxes. Carlos cambió gomas para remontar hasta los puntos y asentarse en la octava plaza.
El coche de seguridad salió al final por avería de Antonelli y regaló un esprint de nueve vueltas que de nuevo se condicionó por la estrategia. Verstapen tenía margen incluso para parar a por un neumático nuevo. También Norris, que cedería temporalmente la segunda plaza a Piastri con ese segundo ‘pit-stop’, para luego recuperarla con un gran adelantamiento en Tamburello. En ese orden cruzarían la bandera a cuadros. De nuevo, quienes cambiaron ruedas tuvieron una ventaja muy importante al final. Leclerc defendía el cuarto frente a Albon, corto de recursos para adelantar al Ferrari. Se tocaron incluso, con el Williams por la grava, y Hamilton les ganó la posición. Al final Charles debió ceder el quinto para evitar una penalización. Sainz resistió el octavo contra Hadjar. A Fernando, que sí había parado al final, le dio para remontar del 14º al 11º, pero no para hacerse con sus primeros puntos de la temporada. Porca miseria.