Los McLaren siguen muy distanciados del resto de la parrilla, donde todo está más ajustado
McLaren ha vuelto a dejar claro que es uno de los equipos a batir en el Gran Premio de Arabia Saudí. La escudería de Woking ha dominado con autoridad la tercera sesión de entrenamientos libres, liderada por un brillante Lando Norris, que ha marcado el mejor tiempo con una ventaja de más de seis décimas sobre su perseguidor más inmediato, George Russell. Buen rendimiento también para Carlos Sainz, que ha colocado su Williams en una meritoria séptima posición. Fernando Alonso, en cambio, no ha podido pasar del decimocuarto puesto.
Cabe recordar que los Libres 3 en Yeda no son especialmente representativos, ya que la clasificación y la carrera se disputan en horario nocturno. Las condiciones diurnas de esta sesión limitan su valor real, lo que suele derivar en una primera mitad de sesión bastante conservadora por parte de los equipos.
Gabriel Bortoleto, que se perdió los Libres 2 por una fuga de combustible, fue el primero en salir a pista junto a otro debutante, Jack Doohan. Poco después se sumaron los Haas y los Ferrari, todos ellos —salvo Bortoleto— calzando neumáticos blandos, una elección pensada ya con vistas a la sesión clasificatoria de esta tarde.
Los McLaren esperaron un cuarto de hora para comenzar su trabajo, pero no necesitaron más que unas vueltas para colocarse al frente. Oscar Piastri fue el primero en marcar territorio con un 1’29″118 que dominó el primer tercio de la sesión. El australiano, no obstante, tuvo una tanda bastante limpia, al contrario que Doohan, quien protagonizó dos incidentes por ignorar las indicaciones del director de carrera.
Con la mayoría de pilotos ya rodando con neumáticos blandos y centrados en afinar sensaciones de cara a la clasificación, la tabla de tiempos fue apretándose. Lewis Hamilton, uno de los que más sufrió en la jornada del viernes, necesitaba recuperar terreno, al igual que otros nombres fuertes del paddock.
Poco antes del ecuador de la sesión, Piastri rebajó su mejor crono hasta un sólido 1’28″470, aunque pronto fue superado por Norris, que consolidó el dominio papaya. Verstappen y Leclerc volvieron a mostrarse como los principales rivales de McLaren, junto a un George Russell que, de nuevo, dejó buenas sensaciones con el Mercedes.
La recta final de los Libres 3 en Yeda volvió a ofrecer el espectáculo habitual. A falta de 20 minutos para el final, los equipos montaron neumáticos blandos nuevos para las últimas simulaciones de clasificación, y con ellos llegó una notable mejora de tiempos. McLaren fue, una vez más, el gran protagonista, desbloqueando casi un segundo de rendimiento adicional. Oscar Piastri fue el primero en sacar partido, bajando hasta un imponente 1’27″513.
El australiano superó inicialmente a su compañero Lando Norris por una décima y media, con ambos McLaren dominando la tabla con una ventaja de más de siete décimas sobre George Russell, el mejor del resto con su Mercedes. Sin embargo, aún quedaba margen para otro intento, y Norris no lo desaprovechó: el británico mejoró su registro en su segundo intento y batió a Piastri por apenas 24 milésimas, lo que le valió el mejor tiempo en esta tercera sesión libre.
Max Verstappen también logró mejorar en su segunda tanda y se coló en la cuarta posición, por delante de un Charles Leclerc que exprimió al máximo su SF-25. El monegasco vuelve a ser la gran esperanza de Ferrari en este trazado urbano, ya que su compañero Carlos Sainz, aunque sólido, sigue lejos del ritmo de cabeza. Por su parte, Lewis Hamilton continúa teniendo serias dificultades para encontrar sensaciones en este circuito.
En la zona media, Williams confirma su buen momento: Alexander Albon fue sexto, seguido muy de cerca por Sainz, séptimo. Pierre Gasly también se posiciona como un rival fuerte en este grupo, con una octava posición que refuerza las opciones de Alpine. Yuki Tsunoda fue noveno, mientras que el joven Andrea Kimi Antonelli cerró el ‘Top 10’, claramente más competitivo que su compañero de equipo en este trazado, Fernando Alonso, que volvió a quedarse lejos, decimocuarto.