En una carta de final de temporada, el neozelandés Brendon Hartley cuenta su experiencia personal, esa vida oculta tan habitual para la mayoría de los pilotos de la parrilla de F1
Un piloto de Fórmula 1 entra en un paddock como protagonista admirado. Los fotógrafos y las cámaras se lo confirman. Se subirá a una sofisticada máquina de millones de euros envuelto en la estética de un guerrero moderno. Los aficionados le buscarán para un selfie, un autógrafo, mientras los patrocinadores le llevarán de un lado a otro para cumplir su papel. Su imagen llegará a millones de personas en todo el mundo. Quizás, gane millones al año… Sí, pero no… Continue reading »