Robo de cartera memorable y feo toque de Pérez a Sainz

Auténtica reyerta en las calles de Bakú, con duelos por todas partes y varios grupos de coches en el mismo segundo. Era un domingo para avispados en Azerbaiyán y nadie lo fue más que Piastri, que mantuvo vivas sus opciones después del único cambio de neumáticos y sorprendió desde la lejanía a Leclerc con un adelantamiento que entonces nadie esperaba. Le tiró el coche en el último momento al final de la recta, era la vuelta 20 (de 51), pero McLaren no tenía ni un solo argumento más que Ferrari para ganar esta carrera. Desde entonces, la persecución de Charles al australiano fue tan constante como infructuosa. Abrió el DRS en cada una de las vueltas y lanzó su monoplaza en otros tantos intentos. Piastri se hizo ancho, sacó los codos, cerró las puertas y fue directo a su segunda victoria en la F1. Lástima que el accidente final de Sainz y Pérez enmarañase lo que había sido una carrera dura pero limpia: en una lucha por la segunda plaza, Carlos y Checo se tocaron de manera sorprendente y acabaron contra el muro.

Y eso que la carrera no se salió mucho del guion tras la arrancada y hasta los cambios de ruedas. Sainz perdió la plaza con Checo en la salida, del tercero al cuarto, porque la trazada beneficia en exceso a quienes salen por el interior. Verstappen (5º) le hizo la misma a Russell (6º). Detrás había algo de barullo, un toque de Tsunoda (abandonó) y Stroll (pinchó), pero con las posiciones establecidas se empezaron a abrir huecos en una pista que no invita a seguir de cerca al rival.

Piastri no seguía tan de cerca a Leclerc, pero una vuelta antes y se agarró a la estela del Ferrari. Le adelantó con esa frialdad que le caracteriza, sin enseñar la maniobra hasta clavar los frenos. A Charles le sorprendió el exuberante ritmo que mostraba el australiano, “así no van a llegar al final”. Pero en realidad no tenía tanto. Se formó un tren encabezado por Piastri al que se unía de manera intermitente Pérez. Sainz se descolgó de esa pelea por una parada un tanto tardía. Una vez se libró del tráfico, estaba a más de 10 segundos del McLaren. A recortar. Lo recortó.

Ya en las últimas diez vueltas, Leclerc pasó de la persecución por el triunfo a la agonía por el podio una vez se quedó sin ruedas traseras. El bajonazo de rendimiento fue vertiginoso, tanto que Pérez y Sainz se pegaron a la estela del eterno poleman casi sin esfuerzo. Podía haber sido una pelea preciosa, lo fue por momentos. En la 49, Checo fue tan agresivo hacia Leclerc que Carlos vio el hueco que dejaron libre en el interior de la curva uno y se lanzó a por él. El español ya era tercero y la segunda plaza no era para nada imposible. Pero tras la salida de la dos, el mexicano quiso meter la rueda por donde no había sitio y el toque, en una zona rápida, mandó al Red Bull y al Ferrari al muro. Lástima por Carlos, que apuntaba a un podio improbable, y también por Pérez, en su mejor carrera del año. Los comisarios echarán la culpa a uno. Sainz no hizo giros extraños y Checo iba por detrás, así que veía al otro coche. Parece el responsable. Tocó con su rueda delantera derecha el costado izquierdo del Ferrari. No había sitio por ahí.

El lío con coche de seguridad virtual libró el camino de Piastri hacia la victoria y también de Leclerc por la segunda plaza. Completó el podio regalado Russell, por delante de Norris y Verstappen. Lando remontó a lo grande, no era fácil, cambió la 15ª plaza de parrilla por la cuarta en meta más el punto de la vuelta rápida. Le metió tres puntos a Max, se queda a 59. A ese ritmo no ganará el título, pero al menos salva lo que podía haber sido un domingo muy desagradable. Hamilton (9º) no remontó así desde el pit lane.

Volvió a brillar a su manera, fuera de los focos, el Alonso de siempre. Hubiera sido octavo, salvando las acometidas de un Williams con más velocidad y mejores neumáticos, y calculando en cada vuelta para no destrozar las gomas con un Aston Martin que no brilla contra la degradación. Además debió adelantar su parada para cubrirse de Colapinto (11º final). Con el choque del final, saltó hasta la sexta posición y se marchará con ocho puntos de Bakú que no merecía su coche, pero él sí. Albon (7º), un impecable Colapinto (8º), Lewis y el otro rookie volador, Bearman (10º), completaron los podios en un gran día de carreras al que le sobró una cosa.

Vía As.com

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