• Lun. Ago 18th, 2025

El camino de la Fórmula 1 más barata, más ruidos y con motores V8 en plenas elecciones FIA

El debate sobre el regreso de los motores V8 que ha agitado los despachos y ha dividido opiniones dentro del ‘paddock’. Para pilotos como Verstappen, es una cuestión emocional

¿De verdad volverán los motores V8 a la Fórmula 1? ¿O estamos ante otra jugada política de un paddock cada vez más dividido? El rugido del pasado ha vuelto a sonar en los boxes, pero esta vez no viene de un escape, sino de los despachos de la FIA.

La Fórmula 1 actual sigue en la línea de darle protagonismo a la parte eléctrica, en línea con la agenda climática del deporte. En menos de un año la normativa volverá a cambiar: motores con mayor porcentaje de electrificación, por lo tanto, más pesados, y combustibles aún más sostenibles.

A pocos meses de las elecciones a la presidencia de la Federación Internacional del Automóvil, Mohammed Ben Sulayem (actual presidente de la FIA) ha reavivado el debate sobre los motores V8. Los quiere introducir para el 2029 y lo hace con un mensaje sencillo y llamativo: reducir costes, recuperar la emoción y simplificar la tecnología.

Eficiencia o identidad

A pesar de todos los cambios y novedades en el mundo del automovilismo, el sonido del motor V8 aún resuena en los oídos de los aficionados más nostálgicos. Se trata de uno de los sonidos más característicos del mundo del deporte. Entre los años 2006 y 2013, fueron el alma de una F1 que rugía con cada aceleración. El propio Max Verstappen, actual campeón del mundo, lo expresó sin rodeos: «Significaría que tendríamos que usar tapones de nuevo. También los aficionados en las gradas definitivamente lo encontrarían mejor y más bonito», afirmó el vigente campeón. «Por pasión y experiencia, sería mejor volver a los motores del pasado«.

Verstappen: «Sería mejor volver a los motores del pasado, tendríamos que usar tapones de nuevo»

El problema es que no todos están igual de convencidos. Los fabricantes que llegarán en 2026 (Audi y Honda), ya han invertido millones de euros en desarrollar el motor de la actual normativa, por lo que un cambio de tal magnitud les haría perder toda la inversión y el interés. Además, hay que comprender que la industria de la F1 determina su futuro en gran parte por la industria del automóvil, por lo que los intereses de los equipos a nivel comercial siempre van por delante.

Contrario a Max, Fernando Alonso adoptó una postura más cauta. Aunque no esconde sus recuerdos por aquella era, también reconoce que la Fórmula 1 ya no puede mirar atrás sin consecuencias: «No estoy seguro de que implementar los motores V8 sea una buena opción. Adoro esa época, pero vivimos en un mundo distinto», explicó. «No podemos ir en contra de los tiempos. Obviamente, adoro la época de los V10 y V8 y el sonido que estos coches producían. Lo echo de menos».

Alonso: «No estoy seguro de que implementar los motores V8 sea una buena opción. Adoro esa época, pero vivimos en un mundo distinto»

La batalla por el trono

Sulayem ha sido protagonista de una gestión tan ambiciosa como turbulenta. Su mandato comenzó en 2021. En sus primeros meses implementó cambios estructurales en la dirección de carrera, prometió transparencia, nuevas normas deportivas y un estilo más activo. Pero lo que empezó como una revolución técnica, terminó en conflictos constantes con pilotos, equipos y figuras de la propia FIA.

Desde el polémico doble sistema de directores de carrera, hasta las sanciones por decir palabrotas; desde la guerra por las joyas de Hamilton, hasta la debacle organizativa del GP de Las Vegas. Y ahora, en plena cuenta atrás hacia diciembre, cuando se celebrarán las elecciones, Sulayem vuelve a mover ficha apostando por la implementación de los motores V8. Pero ya no tiene el respaldo incuestionable de sus primeros meses.

En este contexto aparece la figura de Tim Mayer, el nuevo candidato a presidir la FIA en las elecciones del 12 de diciembre de 2025. Su discurso huye de los titulares llamativos. No promete grandes revoluciones, sino orden, credibilidad y una recuperación de los procedimientos claros dentro de la Federación.

Se presenta en un momento en el que la FIA ha sido señalada por su mala gestión, sus choques con Liberty Media, su falta de coherencia en sus decisiones y su cuestionada estructura de poder. Mayer representa una vía más institucional, menos carismática y con más respaldo desde las estructuras deportivas tradicionales.

Mientras Sulayem se justifica con el ahorro económico y el regreso de la emoción, Mayer habla de una alternativa que podría devolver estabilidad institucional a una FIA con muchas heridas en su interior. Y, en medio de todo, los equipos, los pilotos y los aficionados, que solo piden una cosa: que el espectáculo no dependa de unos pocos, sino de la acción en el asfalto.

Vía ElConfidencial.com

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