Festival de adelantamientos de Alonso y Sainz
El GP de Singapur no abre una brecha en la lucha por el título, pero sí tensa la cuerda. Verstappen fue segundo y recortó puntos a los McLaren por tercer fin de semana consecutivo, aunque fueron pocos. Norris fue segundo y Piastri, tercero. La escudería de Woking sentenció matemáticamente su décimo título de constructores pero la alegría fue impostada porque el ambiente entre sus dos pilotos ya está lo suficientemente enrarecido como para que Stella vuelva a poner sobre la mesa el esperpento de las papaya rules. Lando adelantó a Piastri en la salida con toque incluido, en una de esas maniobras que no se le hacen a un compañero de equipo, y el líder lo encajó mal. Además sus mecánicos le obsequiaron con una parada lenta. Delante, sin aspavientos, Russell firmó desde la pole su segunda victoria del año y la quinta de su carrera.
El inicio tuvo cierto picante porque llovió una hora antes de la salida y el asfalto estaba algo resbaladizo. Max decidió salir con blandos para aprovecharse del agarre máximo y poner a Russell bajo presión. Pero no funcionó, así que el holandés se vio segundo con un neumático inferior con los dos McLaren a su estela. Aquí, sin embargo, el coche dominante se inventó otro problema. En vez de presionar a Verstappen con una estrategia dividida (undercut de Lando y overcut de Piastri, o viceversa), no tomaron la iniciativa. Dejaron hacer, Max paró y salvó la precariedad de sus gomas. Todo porque McLaren no quiere interferir en la lucha directa de sus pilotos por el título.
Alonso adelantó donde no se podía
Tras el pelotón de los grandes, Alonso firmó la mejor carrera de la temporada con un Aston Martin vestido de domingo. En la salida ganó la posición a Bearman y unas vueltas más tarde la consolidó también sobre Hadjar. Era octavo y tenía ritmo de sobra para no volver a tener problemas en toda la noche. Pero una parada en boxes muy lenta le hizo perder las dos plazas y le obligó a ejecutar una segunda remontada. El enfado por radio era latente, pero Fernando sacó la magia. Firmó un adelantamiento espectacular sobre Hadjar con derrape incluido en la salida de la curva tres. Prosiguió, superó a Albon (aún pendiente de parar) tras un bloqueo espectacular del tailandés. Y rebasó igualmente a Bearman para amarrar el octavo puesto. Pudo ser séptimo, porque Hamilton se quedó sin frenos en la última vuelta y Fernando terminó encima y cuestionando la integridad del Ferrari. Sabe a poco pero no se puede hacer más. De hecho, ningún otro piloto lo habría conseguido con un Aston Martin que “quizás no merece los puntos”, como dijo Fernando el día anterior.
Un ‘stint’ de 52 vueltas para Sainz
Sainz no se quedó lejos. Salió 18º, cuidó las gomas con un primer ‘stint’ eterno (52 vueltas), mostró el ritmo sólido de su Williams y remontó a lo grande hasta la décima posición tirando al máximo en las últimas vueltas, rebajando los cronos de los coches más fuertes. Salió 13º tras su parada y alcanzó y superó a Tsunoda y Hadjar rodando hasta dos segundos más rápido por vuelta. Suma un punto que no es un podio, pero explica a la perfección qué piloto tiene Williams.
Al final Norris terminó con mucho más ritmo que Verstappen, que además acusaba muchos problemas de balance en el Red Bull. Fueron una docena de vueltas de máxima presión y tensión. Pero Marina Bay ofrece escasas posibilidades de adelantamiento y el campeón, menos aún. Además, Lando es piloto de momentos, de destellos, pero también tiene cualidades de delantero sin gol. Con el repertorio de Fernando hubiera tenido su oportunidad. Tras un par de arreones más o menos serios, perdió comba y debió empezar a preocuparse por la recuperación de Piastri desde atrás. Así que así cruzaron la meta por detrás del héroe invisible de la jornada, Russell, que no puede ganarse con más fuerza un contrato de estrella en Mercedes.
Vía As.com