Así, el actual trazado transcurre en una de sus partes finales, por el medio de un antiguo estadio de béisbol, que reúne en sus gradas a nada más y nada menos que 40.000 personas, uno de los principales atractivos de este circuito, y que, sin duda, deja imágenes espectaculares al paso de los monoplazas por el sector.
La pista está compuesta por 16 curvas y una recta principal, que tiene una longitud de 1.300 metros, en la que se alcanza una de las mayores velocidades punta de la temporada. “La recta principal es muy larga y me recuerda un poco a Monza”, sostiene Daniel Riccciardo.
Además, la altitud es uno de los hándicaps de este circuito, ya que se encuentra a 2.200 metros sobre el nivel del mar y esto supone una mayor exigencia para el turbo de los propulsores. La meteorología, por su parte, puede ser variable. En la edición 2015, por ejemplo, llueve al principio de la jornada del viernes mientras que el resto de días, brilla el sol.
Para los pilotos se trata de un circuito interesante, aunque quizás lo más complicado de la pista se encuentre en el último sector, en el que se acumula el mayor número de curvas. “Es un trazado exigente y la zona del estadio es muy interesante”, según Max Verstappen. Por último, como homenaje a Nigel Mansell, vencedor de la prueba de 1992, se denomina con su nombre a la última curva del trazado.
Datos del circuito:
Vueltas: 69 Longitud: 4.421 m Desde: 1959
Distancia de la carrera: 305,049 km Numero de curvas: 16