• sáb. Abr 20th, 2024

La historia de dos gallos en un mismo corral llamado «Ferrari»

Alain Prost y Nigel Mansell, cuando todos los picotazos van a la cresta… (A propósito de los rumores de Vettel a Ferrari en 2014 y la respuesta de Montezemolo)

La escena era increíble. Rueda de prensa del Gran Premio de Portugal, 1990, Nigel Mansell, ganador de la carrera, bromeaba con una deliberada complicidad con Ayrton Senna, que le seguía el juego encantado. También había ocurrido en el podio. Al lado de ambos, aparecía un 'ninguneado' Alain Prost, serio y casi furioso. Al abandonar la sala, Prost explotó con la prensa: "Ferrari no merece ser campeón del mundo". Imaginen los titulares.

"En los últimos 20 años siempre he dicho que no quiero dos gallos en el mismo corral. Quiero pilotos que conduzcan para Ferrari, no para ellos mismos. No quiero problemas ni rivalidades. Dos gallos dañan el equilibrio y crean tensión". ¿Tensión? Desde aquel 1990, con Mansell y Prost, la 'Scuderia' no volvió a afrontar una pugna semejante, pero aquel año los 'picotazos' volaron de una cresta a la otra e impidieron al equipo lograr título alguno.

En Estoril, el británico había logrado la 'pole' por delante del francés. Senna, tercero en la parrilla, lideraba el campeonato con 16 puntos de ventaja a falta de cuatro carreras. Prost necesitaba imperiosamente la victoria. Pero, al arrancar, Mansell sacó el intermitente para girar a la derecha y enfiló el morro de su monoplaza directamente contra el francés, le mandó contra el muro, y Prost cayó hasta la quinta posición. Según Mansell, había perdido tracción en la salida. La guasa fue general, porque aquella maniobra materializaba gráficamente el ambiente que se respiraba en Ferrari durante aquella temporada.

La humillación de México

Nigel Mansell había llegado a la 'Scuderia' el año anterior. 'Il Leone', así bautizado por los 'tifosi', se había comido a Gerhard Berger, su compañero de aquella temporada. Como solía ocurrir en Ferrari, el recién llegado se convertía en el 'rey del mambo'. Pero en 1990 Mansell se enfrentó a alguien diferente a todo lo que conocía hasta el momento.

Silverstone, mes de julio. Mansell todavía no había ganado aquella temporada. Prost empataba a tres victorias con Ayrton Senna. Pero el británico logró la 'pole' ante los suyos. Sin embargo, una avería mecánica rompió sus ilusiones. En un gesto teatral, lanzó el casco y los guantes a su público. Prost ganó, pero al terminar, Mansell avisó inesperadamente a la prensa para anunciar públicamente su retirada, algo que nadie esperaba. Totalmente descompuesto en su pugna con Prost, este le había levantado la cartera en Ferrari. Y no soportaba la idea de volver a perder el título (como en 1986-87) ante su compañero de equipo.

Alain Prost, sin embargo, había llevado a Ferrari a cotas desconocidas desde 1979. No sólo plantaba cara a Senna y McLaren. También aspiraba al título. Mansell no supo asimilar cómo, poco a poco, fue desplazado por el francés. Eran dos temperamentos, dos estilos opuestos. Nada como el Gran Premio de México de 1990 para ilustrar las diferencias entre ambos.

En aquella carrera, Mansell, todo 'bollocks', era capaz de adelantar al McLaren de Berger por fuera en la curva Peraltada, una de las más terroríficas del campeonato, y la única donde Ayrton Senna volcó su monoplaza en la Fórmula 1. Prost, sin embargo, se clasificaba decimotercero en los entrenamientos. "Les dije a los ingenieros 'ni se os ocurra tocar el coche, puedo ganar esta carrera'. No me creían, pero ya tenía mi plan. Sabía que la prueba se decidiría en la segunda parte, así que tenía que contar con el mejor coche para entonces". Mansell salía cuarto en la parrilla. Prost remontó hasta la victoria. El británico, humillado, terminó segundo.

Totalmente opuestos, totalmente incompatibles

Prost destacaba su incompatibilidad con el estilo "instintivo" del británico. "Teníamos una forma totalmente diferente de hacer las cosas, era muy complicado trabajar con él". Según el francés "de repente, cambiaba todo en el coche a la vez, yo lo hacía sistemáticamente, paso a paso. Nigel utilizaba el mismo reglaje de viernes a domingo si le gustaba. Yo, incluso, lo cambiaba en la parrilla de salida".

Por ello, Mansell le acusaba de ocultarle los reglajes, "no hablamos porque no puede beneficiarme de su información, su experiencia es completamente diferente a la mía", explicaba Prost. Según reconocería años más tarde Patrick Head, máximo responsable técnico de Williams, Prost afrontaba las carreras con un enfoque "intelectual", mientras que el del británico era "emocional", y con un fuerte "complejo de persecución, así que tenías un ambiente de tensión que agotaba en el día a día". Esa tensión también llegó a Ferrari. 'El Profesor', además, tenía enfrente a Ayrton Senna. No querías caldo, pues dos tazas…

El "chófer" contra el "jugador de golf"

Mansell comenzó a cuestionar a Prost públicamente. Insinuó en Gran Bretaña que el francés había hecho cambiar el número de los monoplazas para hacerse con su coche, de mejor comportamiento. Hizo la pinza con Senna para criticarle como "animal político" ya que "era muy bueno poniendo a la gente del equipo de su lado, pero yo soy un mejor 'racer' de lo que nunca será él. Es cómo un chófer, prefiere que sea el coche el que le haga el trabajo". Prost, por el contrario, veía a Mansell de otra manera, "para mí, significaba que tenía que estar hasta las ocho de la tarde, tras cada sesión, para hablar con los ingenieros, si te vas a las tres de la tarde a jugar al golf, pierdes tu credibilidad muy rápidamente".

Al llegar a Estoril, Prost contaba con cuatro triunfos. Mansell, con ninguno. El francés salió con 18 puntos por detrás Senna. Pero ganó de nuevo en Jerez y, con el abandono del brasileño, redujo la diferencia a la mitad. En la siguiente prueba, Suzuka, Prost no pasó de la primera curva. Senna ajustó las cuentas de la temporada anterior."En 1990 quería ganar a Senna con otro coche", recordaría Prost más tarde, "si Mansell no hubiera metido sus narices y Ferrari hubiera hecho las elecciones estratégicas adecuadas, le hubiera ganado".

Diez años tardó la 'Scuderia' en ganar un título. Michael Schumacher se aseguró de seguir a rajatabla la filosofía de Montezemolo. Nadie le tocó nunca su orgullosa cresta roja.

Vía Elconfidencial.com, artículo escrito por Javier Rubio

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4 comentarios en «La historia de dos gallos en un mismo corral llamado «Ferrari»»
    1. La verdad que si, en esa epoca quines tuvimos el privilegio de ver las carreras de Fórmula 1, era toda una gozada. Eso si que creaba más afición….. Saludos Fernando, cada día vamos teníendo más gente y ya no sabemos a quien le hemos dado la bienvenid a y a quien no, en cualquier caso además de ello, como siempre GRACIAS.

  1. «Les dije a los ingenieros ‘ni se os ocurra tocar el coche, puedo ganar esta carrera’. No me creían, pero ya tenía mi plan. Sabía que la prueba se decidiría en la segunda parte, así que tenía que contar con el mejor coche para entonces».

    ¿A quién me recuerda a mí esto…?

    Saludos,

    JI

    1. La historia se repite amigo…..El deporte es como la vida misma…Saludos y gracias por estar ahi. Ahora empezare a tener un pelin de más hueco para ver tus link que me enviastes y ya te ire diciendo. Como bien has podido ver no he tenido tiempo de nada, este cambio que le hemos hecho al blog ha llevado unas horillas y algunos dias………..Saludos

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