Fernando Alonso: “Prefiero menos respeto y ganar más»

Alonso, ¿un éxito quedar tercero en 2014?: "La h…" o "una m…", con perdón

"¿Sería un éxito quedar tercero al final del campeonato?" Le preguntaron a Fernando Alonso ante las cámaras al término del pasado Gran Premio de Austria. "Sería… Me están viendo los niños, ¿no?…” contestaba sonriendo mientras evadía la respuesta. “La h…” o “una mierda…”, con perdón. Eran las  posibles respuestas que quedaban flotando en el ambiente, sin saber cuál de ellas hubiera elegido Alonso. Su espontaneidad al contestar y  la resignación de aquel “ganar a mi compañero e irme a casa” de Canadá  insinuaban esa onda mental de quien nada espera ya esta temporada. Sin embargo, el español había cuajado otra magnífica actuación que nos recordaba cómo se va desperdiciando su extraordinario talento y madurez como piloto en el equipo más carismático de la Fórmula 1.

En un mundo donde la complejidad técnica no siempre refleja la aportación del factor humano al volante, la experiencia con Ferrari le está aportando un reconocimiento mayor cuanto más lejos está su equipo de la victoria. Otro tanto ocurrió con Michael Schumacher con la Scuderia desde 1996 hasta 1999. Pero el alemán y su equipo entraron finalmente en ese ciclo histórico de victorias que no llega para Alonso.

79 a 19

El Gran Premio de Austria fue otro ejemplo de su capacidad para exprimir el material en sus manos,  plasmado con un quinto puesto en tierra de nadie. O, mejor, en territorio Mercedes, con seis motores entre los siete primeros clasificados, y Alonso metido en el paquete.  “Fueron 71 vueltas clasificatorias”.  Efectivamente, una vez quitado de en medio el neumático superblando, llegaron secuencias de giros extraordinarios en las que el propio Alonso parecía haber sido el destinatario del mensaje que Chris Bonnigton envió a su piloto, Lewis Hamilton: “It´s hammertime” (“es la hora del martillo”).

 El F14 T de Alonso rodó en muchos momentos en los mismos tiempos de cabeza de carrera. Compárese el vuelta a vuelta de Alonso -su relevo final fue espectacular- con quienes le precedieron en la meta, y cabe preguntarse qué haría con un Mercedes o incluso un Williams en sus manos.

En la distancia, Kimi Raikkonen trotaba frecuentemente a casi un segundo, y terminaba décimo a medio minuto. Sí, el mismo piloto al que Alonso sacó segundo y medio en el Q3 del sábado, en un circuito donde una vuelta duraba menos de setenta segundos.. Hoy,  es el único piloto no motorizado por Mercedes que ha puntuado en todas las carreras de la temporada. Alonso lleva 79 puntos. Raikkonen, 19.

Desde el primer día

En medio de el agrietado páramo deportivo que está atravesando el piloto español, se recuerda entonces a aquel adolescente que debutó en los primeros entrenamientos de Australia 2001 sin siquera conocer todas las funciones de su volante. Terminó duodécimo con su Minardi. También viene a la memoria aquel joven  que, en Imola 2005, mantuvo a Schumacher vueltas y vueltas a su estela y con un motor renqueante. El mismo que rompió con dos títulos el mayor dominio que la Scuderia disfrutó en su historia.

También el mismo que luchó por el título en  McLaren en un ambiente de pesadilla, quien conseguía una imposible victoria en Japón 2008 con un Renault de quinta línea de parrilla, el que recuperaba una desventaja de casi 50 puntos en 2010 con Ferrari para morir en la orilla del título por un brutal error estratégico de su equipo en Abu Dabi. El mismo que protagonizó una auténtica obra de arte deportiva en 2012 con el tercer o cuarto monoplaza de la parrilla, según los días.

"Preferiría tener menos respeto y más trofeos”

Valga lo anterior para poner en perspectiva la consistencia de rendimiento y un talento que requiere, además,  una enorme energía física y mental durante un período tan prolongado,  con un hambre competitiva inagotable. El quinto puesto del  Red Bull Ring no pasará a la historia ni de Ferrari ni del propio Alonso. Sin embargo, esa trayectoria y cualidades son las que permiten conseguirlo con un monoplaza como el F14 T. Que le pregunten a Raikkonen hoy, y a Massa en el pasado.

A pesar de todo, el pasado año llegó el famoso ‘tirón de orejas’ y el ‘castigo’ de fichar a Kimi Raikkonen. Ayer, tras el Gran Premio de Austria, Montezemolo recibió en la mesa otra respuesta a su apuesta. Triste que con esa trayectoria a sus espaldas ese piloto hable de “mi mejor carrera de la temporada” con un quinto puesto.

“Son cinco años así”, explicaba resignadamente Alonso tras la carrera, “siempre está la satisfacción de que todo el mundo reconoce que estás rindiendo al máximo, hay un respeto de los pilotos, los jefes de equipo y los aficionados por el trabajo que haces, pero preferiría tener menos respeto y más trofeos”. Hoy, sin embargo, nos encontramos ante un piloto que tristemente ha entrado en fase de hibernación para alcanzar su tercer título.

La respuesta a la pregunta

Ferrari está viviendo una auténtica catarsis que, ojala, depare resultados radicalmente diferentes a los actuales para el futuro. Si finalmente Alonso siguiera fiel al equipo italiano, solo cabe esperar a que Marco Mattiacci transforme la Scuderia y su rendimiento, una tarea verdaderamente titánica que no depende del propio Alonso.

Mientras tanto, y visto el panorama actual, “¿sería un éxito quedar tercero al final del campeonato?”. “ La h…”, o “una mierda”, con perdón otra vez. La primera respuesta sería totalmente cierta y justa, pero recordando el pasado y al analizar el vuelta a vuelta de Alonso en el Gran Premio de Austria, es la segunda la que te pide el cuerpo.

Vía Elconfidencial.com